Las relaciones públicas o la comunicación nunca han sido los puntos fuertes de Mark Zuckerberg, pero con su última aparición pública el consejero delegado de Facebook ha conseguido hacer magia.
Mark estuvo presente en el ciclo de conferencias TechCrunch Disrupt y allí habló largo y tendido con Michael Arrington de la red social, su devaluación en bolsa, la estrategia de movilidad o el futuro de Instagram. Era su primera intervención en público tras la Oferta Pública de Venta de la empresa, en el mes de mayo y tras cuatro meses de caída de sus acciones.
Pero el CEO fue sincero y estuvo tranquilo. Tildó al rendimiento de Facebook en los parquets de “decepcionante” y reconoció que quizás esto impulsara a abandonar la casa a muchos empleados. También comentó que se habían equivocado al usar HTML5 en sus apps móviles. No obstante, fue optimista y explicó que lo importante era la evolución y monetización de la audiencia de Facebook en los próximos de tres a cinco años.
Esta sinceridad y la mano firme de quien aún dirige la red social (pese a que muchos hayan empezado ya a pedir su cabeza) puede haber dado cierta confianza a los inversores. Las acciones de Facebook aumentaron su valor un 8% tras la intervención del joven ejecutivo, hasta los 20,93 dólares por acción.
El buen discurso del antaño poco locuaz Zuckerberg también puede haber servido para elevar la moral interna de los trabajadores de Facebook. Sobre todo de aquellos que contaban con acciones de la casa, claro está.
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