EEUU establece una regulación federal para vehículos autónomos
La Política Federal de Vehículos Automatizados, que comprende un paquete de cuatro normas, pretende lograr un equilibrio entre seguridad e innovación.
El desarrollo de los vehículos autónomos ha generado cierta controversia acerca de la regulación de estos automóviles. En Estados Unidos, hasta ahora el marco jurídico de los vehículos autoconducidos se había dejado a los estados, pero el gobierno federal ha dado a conocer finalmente una política general para todo el país.
La nueva Política Federal de Vehículos Automatizados, que ha sido anunciada hoy, comprende un paquete de cuatro normas para facilitar las pruebas “responsables” y el despliegue de estos vehículos. La regulación incluye una “Evaluación de la seguridad” de 15 puntos, que el gobierno solicitará a los fabricantes de automóviles cuando un coche autónomo esté listo para circular por la vía pública. La evaluación cubre aspectos como métodos de validación, privacidad, el comportamiento posterior al choque y la resistencia a los impactos.
Asimismo, ayuda a sentar las bases para unas políticas coherentes en el ámbito estatal, proporcionando una delimitación clara entre las responsabilidades federales y estatales, sin forzar a los estados a crear la misma política, informa CNET.
De esta manera, la norma federal cubrirá la seguridad, cumplimiento, retornos y educación pública, mientras los estados se centrarán en los permisos de pruebas, leyes y reglamentos de aplicación y concesión de licencias.
La nueva normativa también aborda el papel de la Administración Nacional de Seguridad Vial (NHTSA). Se menciona específicamente la capacidad de esta para aplicar las reglas de diseño de vehículos y otros parámetros caso por caso. La NHTSA también estudiará nuevas medidas, como la creación de normas de seguridad especiales para “diseños de vehículos revolucionarios”, por ejemplo, un coche sin pedales o volante.
La NHTSA también gestionará la retirada de vehículos autónomos. En concreto, se podrán retirar de la circulación los vehículos con sistemas de conducción semiautónomos “que no tengan en cuenta adecuadamente la posibilidad de que un conductor distraído pueda volver a tomar el control del vehículo en una situación crítica para la seguridad”.
El gobierno estadounidense solicitará comentarios públicos durante 60 días y podrá actualizar esta política cada año a medida que la tecnología cambia. El Departamento de Transporte ha destacado que pretende lograr un equilibrio entre seguridad e innovación.