De momento no se sabe cuál será el pico máximo alcanzable por los vehículos conectados. Lo que marcan las previsiones de los expertos es un crecimiento ascendente para los próximos años.
Para este 2019, por ejemplo, se espera un incremento del 45,4 % en envíos mundiales de este tipo de vehículos con conectividad embebida o de posventa en comparación con 2018. Esto significa que el total de unidades llegará a los 51,1 millones.
Así lo estima IDC, que ya para 2023 pronostica 76,3 millones de unidades. En ese momento cerca de 7 de cada 10 camiones y vehículos ligeros nuevos llevarán conectividad embebida. La cifra de vehículos nuevos con conectividad embebida será de prácticamente el 90 % en 2023.
“El ecosistema del automóvil está posicionando al vehículo como la siguiente plataforma digital emergente. Implementar conectividad embebida o de posventa a escala será clave para desbloquear su potencial”, explica al respecto Matt Arcaro, director de investigación de Next-Generation Automotive Research en IDC.
Mientras los consumidores buscan una experiencia más inmersiva en sus coches, los fabricantes estarían mejorando sus capacidades, los operadores móviles estarían intensificando sus inversiones y los gobiernos estarían modificando las regulaciones.
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