Dropbox quiere alquilar sus oficinas en desuso por la pandemia pero valen 400 millones menos
Ante el desuso de sus oficinas debido a la generalización del teletrabajo en Dropbox han decidido alquilar los espacios vacíos, pero se han topado con el problema de la caída de valor de los inmuebles.
Las grandes empresas con una nutrida plantilla han visto a lo largo de 2020 como el destino doméstico de sus empleados dejaba de ser algo temporal, para un par de semanas, para ampliarse a unos cuantos meses y, en algunos casos, vivir la transición hacia lo definitivo, o al menos a muy largo plazo.
Cuando algunas de estas empresas han tomado conciencia de que puede que tarden incluso años en volver a precisar de tanto espacio para albergar a tantos empleados (si es que algunos no terminan de decantarse de forma permanente por el teletrabajo) han decidido obtener algún beneficio alquilando aquellos inmuebles que no utilizan.
Pero en muchos casos pueden encontrarse con el mismo problema que está encontrándose Dropbox cuando ha querido alquilar parte de las oficinas que actualmente no está utilizando y ha descubierto que su valor de mercado ha caído drásticamente. Hasta tal punto que en su última rendición de cuenta Dropbox ha imputado a sus activos inmobiliario una pérdida de valor de casi 400 millones de dólares. En concreto 398 millones de dólares es lo que Dropbox calcula que ha perdido en valor de sus activos inmobiliarios, lo que aminora los beneficios que esperaba obtener de los inmuebles en desuso.
Todos a casa
El pasado mes de octubre Dropbox anunciaba una política denominada “Virtual First” por la que sus empleados sólo deberían acudir presencialmente a las oficinas si era estrictamente necesario. Es decir, ni siquiera apostaban por un modelo híbrido sino que volcaban todo el trabajo posible en una modalidad a distancia, reservándose para el uso una parte muy reducida de sus oficinas, alquilando el resto. Se trata de sedes físicas en San Francisco, Seattle y Austin en Estados Unidos de América además de disponer de otras oficinas en Irlanda para su sede europea.
El hecho de que en una gran mayoría de empresas hayan optado por políticas similares explica ese drástico descenso en la caída del valor de estos inmuebles, por lo que no será Dropbox la única que deba reformular su estrategia y esperar recibir menos valor por el arrendamiento de estas oficinas en desuso.