DIVE Medical y Huawei renuevan por su segunda vez su acuerdo de colaboración para hacer frente a la deficiencia visual
DIVE ha sido diseñado para que cualquier persona, sin apenas entrenamiento ni formación previos, pueda llevar a cabo el cribado visual de un modo óptimo.
DIVE Medial ha renovado su acuerdo con Huawei para demostrar el potencial de los estudios clínicos del diagnóstico temprano de deficiencia visual en niños desde los 6 meses mediante la aplicación de inteligencia artificial.
Fue en 2019 cuando comenzó la colaboración entre las dos compañías. DIVE Medial se encontraba en la fase de desarrollo de su proyecto cuando vio la necesidad de buscar alianzas. La filosofía del proyecto encajaba con la estrategia social de Huawei, que tiene como objetivo utilizar tecnología de vanguardia para ampliar los límites de los beneficios de la IA.
Así dio comienzo el proyecto TrackAI, un estudio en el que participaron más de 2.000 niños de distintas edades, etnias y con patologías visuales distintas coordinado por el Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón (IISA) y en el que colaboraron varios hospitales y clínicas de países como China, Vietnam, Rusia y México.
“Nosotros necesitábamos un sistema de cribado en el que cualquier persona, sin necesidad de que fuera un oftalmólogo, pudiera utilizar esa herramienta para detectar si un niño necesita ser derivado al especialista. De manera que esos problemas tengan oportunidad de ser tratados. Pensábamos que una buena manera de hacer esto era aplicando inteligencia artificial y ahí entró la colaboración con Huawei”, explicaba Marta Ortín, CTO de DIVE Medical.
Ahora, con la renovación del acuerdo, se inicia la segunda fase del proyecto TrackAI. De esta manera, buscan llegar a miles de niños en España, China y Arabia Saudí y demostrar con métricas el beneficio para los pacientes y los sistemas de salud, centros de atención primaria, profesionales de salud y de la gestión sanitaria.
La técnica de los exámenes visuales de DIVE Medical se basan en el seguimiento ocular (eye tracking) que, frente a la manera tradicional de evaluar los problemas de visión, los tests oculares de DIVE exponen al paciente a una serie de estímulos de forma que se pueda rastrear el movimiento de los ojos para obtener medidas muy precisas de la función visual.
En palabras de Marta Ortín: “Con esta tecnología podemos ver dónde una persona está mirando en una pantalla. A partir de ahí desarrollamos una serie de tests que son diferentes estímulos que aparecen en esta pantalla y con esa tecnología de eye tracking recogemos los datos de la mirada de ese paciente. Analizando esos datos podemos obtener unas métricas que ya son muy fiables y objetivas y que aportan un diagnóstico temprano que, respecto a las enfermedades visuales, cuando antes las detectes, mejor”.
“Todos nuestros tests están basados en una técnica que se llama “mirada preferencial” eso significa que todos los seres humanos, cuando vemos algo diferente, algo que resalta, nos fijamos en ello”.
Un posible problema que planteaban era la interpretación de estas métricas, por eso DIVE se ha preocupado de que cualquier persona, sin necesidad de contar con formación previa o apenas entrenamiento, pueda llevar a cabo el cribado visual de manera óptima. Haciendo uso del smartphone Huawei P30, uno de los primeros dispositivos con chip de inteligencia artificial, se muestra en tiempo real el riesgo de que algún paciente tenga algún problema visual.
Entre los planes de DIVE se encuentra la posibilidad de aliarse a ONGs para poder entrar en programas donde se respalde este proyecto con una infraestructura que garantice a los pacientes la seguridad del servicio y el tratamiento hasta el final.
Se estima que, incluso en países desarrollados, 810 millones de niños en el mundo tienen problemas visuales y que, de estos, un tercio está sin detectar. Gracias a un diagnóstico temprano estos casos de discapacidad visual podrían ser prevenidos o tratados y al mismo tiempo mejorar el desarrollo global de los niños.