#Disruptive2016: “Poner al alcance de todos las oportunidades de esta nueva era digital”
Beeva e i4S, con la participación de BBVA, impulsan #disruptive2016 para transmitir el conocimiento tecnológico de innovación y de negocio que transformará las empresas en los próximos años.
Beeva, el brazo ninja independizado del banco BBVA para desarrollo de aplicaciones para la transformación digital, organizó su primer evento #Disruptive por todo lo alto en el Palacio Neptuno con ganas de repetirlo el año que viene en Madrid, y por qué no, en cualquiera de los otros cuatro centros donde tiene fábrica de software (Perú, México, Texas…). Casi simultáneamente con el evento Amazon Web Services en Las Vegas, se pudo anunciar el nivel adquirido en estos últimos seis años en el terreno del Cloud Computing, logrando el grado de Premier Consulting Partner de AWS (una de las 50 compañías que lo tienen a nivel mundial, y segunda española).
“Desarrollamos software sobre nuevos paradigmas, no queremos ser una compañía IT más, así que cuando la tecnología se convierte en commodity, nosotros buscamos nuevos retos linkando proyectos de alta complejidad”, señalaba Juan María Aramburu, CEO de Beeva. “Nuestro core se centra en multicloud, big data y machine intelligence. Damos mucha importancia a la innovación, tanta que creamos nuestro propia área de innovación en 2012 y desde entonces lo consideramos una filosofía trasversal a la compañía y una forma de entender la tecnología y nuestro trabajo, que al final trata de hacer fácil tecnologías complejas. Llevo veinte años en el mundo IT, y nunca he tenido tanto vértigo como ahora por la velocidad a la que vamos evolucionando, pero es lo que nos hace disfrutar, anticiparnos y adaptarnos cada vez más rápidos, que es lo que quieren nuestros clientes”.
#disruptive2016 se planteó el evento como un escaparate de ideas donde poder ver la tecnología más allá del momento presente, y avanzar hacia no sólo lo que podremos encontrarnos de aquí a cuatro años, sino incluso en un futuro más lejano. Así, temáticas como la Inteligencia Artificial, los Lenguajes Naturales, el Machine Learning, los Chatbots y en general el Cognitive Computing fueron aterrizadas en ejemplos ya disponibles por expertos de la Cortana Intelligence Suite (Alejandro Campos Magencio explicó las APIs y microservicios puestos por Microsoft a disposición de cualquiera para crear aplicaciones de manera sencilla de reconocimiento de imágenes, textos y voces en su plataforma Cognitive Services), UCL Interaction Centre (Nadia Berthouze nos mostró cómo trabajan en casos reales de rehabilitación ambulatoria basada en sensores, lenguaje corporal y smartphones), mientras que IBM (Javier Jarava habló de la industrialización del ciberfraude con hincapié en la gestión de la identidad y el robo de tiempo -vida-) y Forrester (Rowan Curran anticipó el empleo de inteligencia artificial en el campo de las ciudades inteligentes y el internet de las cosas).
Ojalá llueva zero zero
Hubo unos nativos en una paradisíaca isla del Pacífico que un buen día fue abordada por una gente extraña uniformada que construyeron pistas de despegue y se pasaban el día de maniobras y desfiles. Cuando veían esos grandes pájaros de hierro aterrizar y que con ellos no faltaban nunca las cocacolas, pensaron que es que venían del cielo. Acabada la guerra y desmanteladas las posiciones, intentaron reconstruir con bambú y cañas aquello, haciendo sus desfiles y danzas, pero los pájaros no volvieron y las cocacolas tampoco. “Moraleja, igual que ahora muchas compañías (ignorantes, ingenuas) siguen copiando lo viejo y apretando las clavijas a sus pobres desarrolladores, por fortuna hay muchas otras empresas (visionarias, innovadoras) que tienen otro espíritu de hacer las cosas”, contaba Aramburu.
Y para ello sólo es necesario seguir cinco principios de las nuevas metodologías, según el CEO de Beeva: Uno, lograr una rápida iteración, con productos mínimos viables en entregas rápidas y cortas. Dos, mantener el pensamiento en productos simples y no en grandes proyectos que crean silos y no reutilizan el software. Tres, medir mucho, especialmente una vez puesto en producción, para intentar seguir ajustando. Cuatro, “APIficar” para poder aislar los componentes y pivotarlos en nuevos diseños. Y cinco, no hacer sobreingeniería, empezar pequeño y evitar lo innecesario y accesorio. “De esta estrategia de desarrollo de producto interno han salido, entre otras soluciones, nuestro API Manager APIversity, o la plataforma de seguimiento de tendencias IT Lince.io”, concluye.
Avanzando en la jornada, en el turno del BBVA, su director de Arquitecturas de Despliegue Global y responsable del área de ingeniería Víctor Espinosa nos habló de la experiencia de un gran banco presente en diferentes mercados y que pretende estar a la vanguardia de su sector, y que tiene más de 400 millones de líneas de código escritas (Facebook “solo” tiene 61 millones). “El Cloud está en nuestras vidas particulares y en nuestra vida profesional, hay muchos sabores (IaaS, PaaS, SaaS) y está en un crecimiento exponencial, pero es la liga en la que queremos jugar, y que hace que nos parezcamos cada vez más a una compañía de desarrollo de software y no tanto a un banco tradicional”, señalaba Espinosa. “Con la tecnología cloud solo necesitamos una idea, porque todo lo demás ya está inventado y disponible”.
El ponente del BBVA describió su nueva stack (pila de herramientas) para su arquitectura de datos basadas en la nube, en automatización y en despliegue continuo: Lambda, OpenShift, Docker, Kubernetes, Spark, etc, rodeada por una capa de seguridad con Armadillo basado en Chimera como componentes propios proporcionados por i4S y unos equipos devops súper motivados que constituyen la ventaja diferencial. A ello se añade un ecosistema de startups, tanto propias (i4S, Beeva) como asociadas (BlueLiv), un modelo de comunidades compartidas tipo Ubuntu, y una política de partnerships con los principales actores (AWS, Red Hat). Aunque se dice que más importante que la tecnología cloud es la economía cloud: ‘Glocal at birth’, se piensa en modelos universales pero desarrollados de manera atomizada.
“Pero ‘the last but not the least’ es el talento y por ello hemos constituido nuestra Ninja Academy, con una filosofía principal: cada cual puede trazarse su camino y adquirir las habilidades que estime más adecuadas, con el fin de llegar a ser respetados por el sistema y que el resto de ninjas no se atrevan a meterse con él”, dice Espinosa. El otro problema a superar exige un cambio cultural profundo, cuya corriente debería ir de arriba abajo, del CEO al resto. “Lo más difícil es conjugar la resistencia innata al cambio -si el legacy funciona para qué quitarlo- y los desarrolladores estrella que no creen en las cadenas y van por libre”, cuenta el directivo del BBVA. “Por eso, para conciliar las dos visiones, no queremos ni robots ni anarcas, tenemos el modelo de devops + samuráis basado en comportamientos y en la toma de acciones que aseguran el ‘rusian trust’ de la guerra fría, confío pero por si acaso…”.
¿Cuentan los androides ovejas eléctricas?
Crimen-como-servicio, Conversaciones-como-plataforma, Trabajo-como-equipo de funcionalidades… conceptos que se han oído y que Pedro Suja Goffin, jefe de Tecnologías Congitivas en el BBVA lleva un poco más allá. “Sin duda el primer reto a la hora de construir una plataforma de servicios para 11.000 programadores internos fue poner sobre la hoja en blanco qué servicios necesitábamos y cómo los íbamos a dar. Había que partir de proyectos reales para ver qué nos aportaba, pero lo más crítico fue diferenciar qué parte era servicio y qué parte aplicación. ¿Se quedaría aprendido o persistente o reutilizable?”.
Se emprendieron cuatro líneas de trabajo con el fin de definir un catálogo de servicios y las tecnologías a emplear. Una, razonamiento previo y establecimiento de reglas; dos, empleo de la híper percepción (multimedia, realidad aumentada); tres, aprendizaje (machine learning, lenguaje natural); y cuatro, uso de agentes y contenedores. “El acercamiento debía ser continuo y cognitivo, pero también económico: ¿Va a costar más dinero pero va a hacer lo mismo? No siempre es lo más moderno lo más eficiente, sino el que mejor se adecúa al fin. Por ejemplo, para que un coche que entra en un túnel encienda las luces automáticamente, podemos hacer un análisis previo de los mil túneles por los que ha pasado y ha necesitado encender las luces situando una webcam con visión computerizada y una CPU cargada con unos algoritmos que establezcan patrones de comportamiento según si se detecta oscuridad, o simplemente un sensor lumínico y un relé que es más barato”, explicaba Suja.
Cambiando de tercio, se le pidió al ponente del BBVA que ofreciera una visión más lejana. “Pero cuando alguien habla del futuro en abstracto cae enseguida la atención, la gente necesita cosas más reconocibles. En la película Blade Runner, que proyectaba una ciudad en noviembre de 2019, los coches vuelan y no hay móviles; a día de hoy, sólo ha acertado en los videoporteros. Por lo que creo que deberíamos cambiar el foco, y más que intentar adivinar el futuro, mejor construir lo que nos gustaría que fuese, o al menos cómo nos gustaría cambiar el presente y asumir el riesgo del cambio”.
Y a partir del presente actual, podemos pensar que el futuro va a ser un mundo más envejecido (la edad media actual es de 37 años), más solitario (las viviendas unipersonales serán mayoritarias), y más “clase media” (sigue progresando en los países emergentes). “¿Qué conclusiones podemos sacar? Pues que servicios como los de e-mayordomo o e-glover de entrega a domicilio se van a multiplicar. Por otro lado, si sigue creciendo la población al ritmo actual y disminuyen los recursos naturales, tenemos hasta el 2030 para producir la proteína que vamos a tener que consumir: granjas de larvas e insectos, sea-farming… es más barato criar un atún que vive entre dos aguas y gasta menos energía, que una vaca que está de pie y consume más pienso”, dice Suja. “Construir lo que nos gustaría. En una encuesta interna del banco para encontrar la mejor definición de nuestro propósito, decía una: poner al alcance de todos las oportunidades de esta nueva era digital”. ¡Beeva Las Vegas!