La nueva ola de la inteligencia artificial continúa generando inquietud entre diversos sectores y colectivos. Uno de los temores que despierta es que su irrupción en el ámbito empresarial también vaya en contra de la diversidad y la accesibilidad.
La Fundación Adecco ha publicado por duodécimo año consecutivo su Informe de Tecnología y Discapacidad, en colaboración con Keysight Technologies, donde se abordan estas inquietudes.
Durante toda su trayectoria este análisis ha ahondado en el papel de las nuevas tecnologías como grandes aceleradoras del proceso de inclusión social y laboral de las personas con discapacidad, en una sociedad eminentemente digitalizada.
La edición 2023 cobra una importancia especialmente significativa, en el que se ha producido el gran despegue y democratización de la Inteligencia Artificial (IA), gracias a la irrupción de ChatGpt y otros sistemas generativos, que abren las puertas a otros similares y alumbran una profunda transformación en todos los ámbitos, y particularmente en el empleo.
Para las conclusiones de este trabajo se ha encuestado a 300 personas con discapacidad en búsqueda de empleo y se han tenido en cuenta, además, otros datos oficiales como las cifras de contratación publicadas mensualmente por el Servicio Público de Empleo Estatal.
En primer lugar, hay que matizar que la inteligencia artificial tiene un gran potencial para mejorar el rendimiento profesional, la rapidez y la eficiencia de todas las personas, y particularmente de aquellas con discapacidad, equiparando sus competencias a las del resto de los profesionales, teniendo en cuenta su capacidad para sortear barreras físicas, sensoriales y/o cognitivas. Sin embargo, también es fundamental conocer y abordar los riesgos que comporta su implementación, con el objetivo de minimizarlos y convertirlos en oportunidades.
Más de la mitad de las personas con discapacidad encuestadas (55,3%) considera que la Inteligencia Artificial (IA) tiene un inmenso potencial para impulsar su desempeño, ya que estos sistemas pueden facilitar su rendimiento laboral y mejorar su eficiencia.
Además de en el ámbito laboral, las Nuevas Tecnologías (NT) han cobrado un gran protagonismo en el día a día de las personas con discapacidad. Así, el 75,9% cree que las NT han mejorado su calidad de vida global y un 69% destaca que “ya no podría vivir sin ellas”.
“La Inteligencia Artificial abre un interesantísimo y complejo debate en el ámbito de la inclusión laboral, produciéndose una ambivalencia; por un lado, tiene una gran capacidad para sortear barreras históricas que tradicionalmente han encontrado las personas con discapacidad; sin embargo, si el conjunto de datos utilizados para su entrenamiento contiene sesgos o reflejan desigualdades persistentes en la sociedad, estos sistemas pueden aprender y perpetuar dichos sesgos en sus resultados“, explica Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.
“Es por ello fundamental adoptar prácticas de desarrollo ético de la IA, como la selección cuidadosa de los datos de entrenamiento, el monitoreo constante de sesgos o la promoción de la diversidad en los equipos de desarrollo, para que los algoritmos sean inclusivos. No hay que olvidar que, tanto entre las personas como entre los sistemas inteligentes, la inclusión no es un proceso que surja de forma natural, sino que debemos buscar mecanismos para desarrollarla y garantizarla” – explica Mesonero.
Junto a estas oportunidades y beneficios, emergen también una serie de riesgos y desafíos. Un 65,8% de los encuestados teme quedar excluido de las procesos de selección, debido a la existencia de los sesgos.
Además, un 45,1% de las personas con discapacidad encuentra barreras en el uso y manejo de las nuevas tecnologías. En cuanto el tipo de barreras, la mayor parte son de índole económico (el 75,3% refiere falta de poder adquisitivo para adquirir estas herramientas); seguido de un 58,2% que manifiesta problemas de usabilidad, por considerar muy complejo y avanzado su uso; un 52,4% que encuentra problemas de accesibilidad (barreras por su tipo de discapacidad) y un 15,5% que no confía en lo digital y teme ser víctima de engaños y fraudes.
A medida que la IA avanza, crece también la preocupación de que algunas áreas y trabajos sean automatizados, lo que podría llevar a la pérdida de empleo para los trabajadores que no tengan la capacidad para adaptarse. Aunque en este punto la mayor parte (55,5%) no ve en la IA una amenaza para su inclusión laboral, un 44,5% sí teme que la robotización ocupe los trabajos que habitualmente desempeñan, dejándoles sin posibilidad de empleo.
El rápido avance de la IA requiere que las personas con discapacidad adquieran habilidades actualizadas y relevantes para el empleo, siendo importante proporcionarles oportunidades de capacitación y desarrollo para asegurar su conexión con las demandas del mercado laboral. Sin embargo, las cifras arrojan que casi tres cuartas partes de las personas con discapacidad (73,1%) no ha recibido ningún tipo de formación en Nuevas Tecnologías para la mejora de su búsqueda de empleo y desempeño profesional.
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