Si confías en las compras online para hacerte con algún modelito con el que completar tu colección, siguiendo ofertas personalizadas y navegando desde la conexión de tu casa, seguramente seas mujer.
Mientras las primeras compran en Internet más ropa, complementos, productos de salud y belleza, alimentos y elementos decorativos; los segundos se decantan especialmente, y en comparación con el porcentaje de féminas que compran ítems de estas otras categorías, por piezas deportivas, artículos informáticos, juegos, servicios de apuestas y electrodomésticos.
Al parecer también nos diferenciamos en las cuestiones que nos motivan y desmotivan para pulsar en el botón de comprar.
Las mujeres valoran la seguridad del proceso de compra y el grado de “customización” de las ofertas, pero desistirán en su empeño si la tienda por la que intentan navegar carga demasiado lenta o si al final encuentran en otro lugar un producto similar más rebajado.
En el caso de los hombres, se fijan en que el precio mostrado por la tienda se especifique sin ambivalencias y además sea barato, hasta el punto de echarse atrás si aparecen costes extra en el proceso sobre los que no se había advertido nada en un principio. También huyen de páginas con estructuras complejas y confusas.
En lo único que coinciden ambos sexos es en realizar sus compras en la franja que va de las 18h a las 00h, si bien ellas prefieren hacerlo desde la tranquilidad del hogar y ellos cuando están fuera mediante dispositivos móviles.
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