Diez formas por las que Internet podría desaparecer

Internet podría no dejar tras de sí más que el recuerdo de lo que fue.

A menudo pensamos en Internet como una red global de comunicaciones en la que la información fluye de manera libre y en la que cualquiera puede tener voz. Para evitar que la muerte de la red pille por sorpresa a más de uno, el sitio web gigaom.com publica algunas razones por las que Internet podría acercarse su fin.

La primera es que se termine el servicio de registro del nombre de un dominio. De esta manera, si se rompiera el camino habitual por el que encontramos las direcciones web, nadie confiaría ya en las URL, y el método fraudulento del phishing, por el cual los estafadores acceden a datos personales, sería mucho más fácil. Otra de las razones por las que podría desaparecer Internet es la fragilidad de su infraestructura física.

Según explica la página Web, en una información recogida por otr/press, un accidente que implica un par de cables en Mediterráneo puede hacer que cientos de millones de personas no puedan utilizar la red, y no hace falta imaginar lo que un ataque intencionado podría hacer.

Por otra parte, están los virus, archivos que ponen en riesgo los ordenadores de los usuarios y el propio funcionamiento de la red. Entre ellos, se destacan los spam, las publicidades en ocasiones infectadas, que se envían de forma masiva a los PCs y que, según los estudios podría suponer una cantidad indecible de ordenadores que se verán esclavizados tan fácilmente que los hackers pujarán por hacerse cada vez con más usuarios.

La modernización también puede ser un problema. Como ejemplo se expone en el texto el caso que en 2007 protagonizó el sistema de comunicación Skype. Este programa fue pionero en las actualizaciones automáticas que iban mejorando el funcionamiento del sistema, sin embargo los usuarios dejaron de usar este programa porque la aparición masiva de ventanas impedía acceder a su uso con normalidad.

Pero no sólo el fin de Internet puede venir de sus debilidades técnicas o físicas, sino que también el ser humano podría ser el “asesino” de la red. Y es que, según se explica en el libro ‘El gran interruptor’ de Nicholas Carr, los hombres pueden lograr que Internet deje de ser una red global, ya que, en los últimos años éstos se han ido agrupando según sus ideologías, de manera que se han ido creando grupos extensos de gente que piensa igual y que sólo permite opinar en sus páginas a personas de igual pensamiento.