“La transición hacia los vehículos eléctricos en España está en marcha, pero todavía hay que enfrentarse a diferentes desafíos, ya que, el ritmo de adopción es bastante inferior al europeo y no es uniforme en todas las regiones españolas”.
Esta es la advertencia que lanzan desde Bosch en pleno Día Mundial del Vehículo Eléctrico, que se celebra cada 9 de septiembre.
En España existe alrededor de medio millón de coches eléctricos. Y, aunque las matriculaciones de este tipo de vehículos crecen a doble dígito, en otros países como el vecino Portugal la flota es mayor.
El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima establece una meta de 5,5 millones de vehículos eléctricos para el año 2030.
“Es esencial que intensifiquemos nuestros esfuerzos en tres áreas clave”, para avanzar hacia este objetivo: “el desarrollo de infraestructura de recarga, la implementación de ayudas e incentivos más atractivos para los consumidores y la educación sobre los beneficios de la movilidad eléctrica”, enumera Ricardo Olalla, vicepresidente de Ventas de Bosch Mobility para España y Portugal.
Bosch identifica seis grandes desafíos en cuestión de movilidad eléctrica que España todavía tiene que solucionar para optimizar su mercado.
En primer lugar, existen problemas en la infraestructura de recarga. Actualmente hay más de 30.000 puntos de recarga instalados a lo largo y ancho de la geografía nacional.
El problema no es tanto este número como la falta de operatividad en parte de ellos y los problemas de interoperabilidad. También hace falta mejorar en puntos de alta potencia.
El precio de los propios vehículos es otro obstáculo para el crecimiento del sector. Bosch reclama ayudas a las adquisiciones y que se hagan efectivas en el momento de compra.
Una queja que suelen tener los consumidores son las baterías integradas en estos coches. Y, en concreto, la autonomía que ofrecen.
“La industria sigue invirtiendo en el desarrollo de nuevas tecnologías y métodos de fabricación y reciclaje que eliminen estos problemas”, apuntan desde Bosch. “Es importante que la industria española participe de estos desarrollos, garantizando fabricación local y fomentando la I+D en baterías”.
En cuarto lugar, se está produciendo un envejecimiento del parque automovilístico. Esto podría combatirse con medidas como una fiscalidad que fomente la elección de vehículos más eficientes en el consumo y que ayude a la descarbonización.
Otro punto que hay que revisar es la actual falta de información o la existencia de ideas erróneas sobre la tecnología de coches eléctricos.
Esto obligaría a entidades públicas y privadas a llevar a cabo campañas formativas e informativas.
Por último, desde la industria reclaman una mayor involucración por parte de los diferentes Gobiernos y la renovación de sus propias flotas para que las Administraciones sirvan de ejemplo a la ciudadanía.
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