Deutsche Telekom se enfrenta al mayor juicio civil en la historia de Alemania
Más de 15.000 accionistas se enfrentan a la mayor compañía de telecomunicaciones de Europa, a la que acusan de haberles engañado con premeditación.
El mayor juicio civil en la historia de Alemania se ha iniciado en la Audiencia Provincial de Francfort con una demanda por daños y perjuicios contra Deutsche Telekom por valor de 100 millones de euros.
El grupo de pequeños accionistas de Deutsche Telekom ha presentado 2.200 demandas, que defienden 630 abogados, contra la compañía por facilitar supuestas informaciones falsas e incompletas en los folletos de bolsa en la segunda y tercera emisión de acciones en los años 1999 y 2000. En concreto, los accionistas acusan a la operadora de haber sobrevalorado sus bienes inmobiliarios, así como de haberlos valorado en conjunto, con precios medios, y no individualmente, como exige la regulación contable.
Además, los prospectos informativos eludían los riesgos de la compra de la operadora de telefonía móvil estadounidense VoiceStream por valor de 50.000 millones de euros (65.000 millones de dólares), que se cerró a finales de julio de 2000, un mes después de la tercera emisión de acciones.
En un mercado ya deprimido por el hundimiento de la burbuja tecnológica y los títulos de Internet, las acciones de Deutsche Telekom se desplomaron de su máximo histórico en 105 euros (136 dólares) en marzo del año 2000 a menos de 10 euros (13 dólares) dos años después. Además, Deutsche Telekom rebajó en la presentación de resultados de 2000 y 2001 el valor de sus bienes inmobiliarios en más de 2.000 millones de euros (2.600 millones de dólares) y comenzó las correspondientes amortizaciones.
Ahora, los accionistas de la compañía quieren que se les devuelva su dinero, en muchos casos, los ahorros de toda una vida que se evaporaron con la caída bursátil de unas acciones cuya compra recomendó el propio Gobierno alemán. El estatal Banco de Crédito para la Reconstrucción (KfW), responsable de la emisión de las acciones y que todavía mantiene una participación en Deutsche Telekom, se sienta ahora también en el banquillo de los acusados.
Los daños y perjuicios demandados ascienden a unos 100 millones de euros y la mayor denuncia individual alcanza la cantidad récord de 6,5 millones de euros (8,45 millones de dólares). Por su parte, Deutsche Telekom asegura que el prospecto contenía por completo todas las informaciones relevantes en ese momento y que la modificación de la tasación de sus bienes inmobiliarios se debió a un cambio en la estrategia.
La empresa alemana realizó en 2001 valoraciones individuales de estos bienes porque quería vender una parte de las propiedades para reducir su inmensa deuda de más de casi 60.000 millones de euros (78.000 millones de dólares). Esta deuda fue la herencia de la gestión de su antiguo presidente Ron Sommer, quien tuvo que dimitir en septiembre de 2002 y que también está acusado ahora en este proceso.