Ha pasado más de un año desde que Microsoft cerró la compra de prácticamente toda la división de Dispositivos y Servicios de Nokia, que se materializó el 25 de abril de 2014. Pero la decisión de hacerse con los terminales de una compañía que lo había sido todo en el campo de la telefonía y que últimamente comenzó a deshincharse, compartiendo la estela descendente que también ha trazado otro mito, BlackBerry, no acaba de dar sus frutos. De hecho, Satya Nadella no ha esperado más y ha anunciado cambios.
El CEO de Microsoft ha decidido acometer una fuerte reestructuración en casa Redmond, que pasa por la salida de 7.800 personas que ahora mismo forman parte de la plantilla de esta organización. Lo ha hecho a través de un email dirigido a los propios empleados, como viene siendo habitual. Y aunque en él no se han concretado cifras directas que tendrán impacto en el negocio de hardware ni planes de despido o la cuantía de posibles ayudas que podrían recibir los futuros ex-trabajadores de Microsoft, se sabe que la mayoría de los afectados desempeñan sus labores actualmente en el negocio móvil.
También se sabe cuál será el importe económico que tendrá que afrontar Microsoft debido a esta situación. Nadella ha cifrado en nada menos que 7.600 millones de dólares un cargo por deterioro que está vinculado a los activos procedentes de Nokia. Por otro lado, también se contempla un cargo por reestructuración que debería moverse entre los 750 millones, como mínimo, y los 850 millones de dólares, como máximo. Habrá más datos sobre esto en un par de semanas, cuando Microsoft anuncie sus resultados trimestrales el martes 21 de julio.
De momento cabe recordar que, cuando se negoció el trato, se acabó valorando la operación de compra en 5.440 millones de euros (que son más de 6.000 millones de dólares al cambio, a día de hoy). De ellos, 3.790 millones de euros correspondían, entre otras cosas, a la familia de smartphones Lumia con sistema operativo Windows Phone. Los 1.650 millones de euros restantes, mientras tanto, se destinaban a temas de licencia por un periodo de diez años y el derecho a usar los mapas HERE.
Elop fue uno de los protagonistas de la adquisición. También lo había sido del acuerdo previo para sacar al mercado teléfonos Nokia que funcionaban con el sistema operativo Windows, ya que por aquel entonces era CEO de Nokia. Tras unos años en la compañía finlandesa, en 2014 volvía al que había sido su hogar profesional a finales de la década del 2000 para convertirse en vicepresidente ejecutivo de Dispositivos y Servicios. Con él llegaban también Jo Harlow, Juha Putkiranta, Timo Toikkanen y Chris Weber.
El caso es la nueva relación de Stephen Elop con Microsoft ha durado lo mismo que la paciencia de Satya Nadella con los resultados aportados por el negocio móvil. Hace unas semanas, Microsoft decidió fusionar divisiones, uniendo la unidad de Sistemas Operativos y la unidad de Dispositivos bajo un único nombre, el de Windows y Dispositivos. Al frente de este grupo, Nadella decidió colocar al vicepresidente ejecutivo Terry Myerson, provocando el adiós de Elop.
“Estamos alineando nuestras capacidades y nuestros esfuerzos de ingeniería para cumplir con nuestra estrategia y, en particular, con nuestras tres ambiciones fundamentales”, decía en junio el director ejecutivo de Microsoft, que quiere crecer en las áreas de la productividad, el cloud computing y la informática personal. “Este cambio nos permitirá ofrecer mejores productos y servicios que les gusten a nuestros clientes, a un ritmo más rápido”, continuaba.
Ahora explica que “estamos pasando de una estrategia para hacer crecer un negocio de telefonía independiente a una estrategia para hacer crecer y crear un ecosistema Windows vibrante que incluye nuestra familia de dispositivos”. Satya Nadella no habla de poner fin a la fabricación de hardware propio, pero sí que da a entender que Microsoft necesita reinventarse. Esto pasaría por nuevas categorías de producto, por ejemplo, pero también por la “creación de experiencias de movilidad en toda la familia de dispositivos”.
Esa movilidad se deja sentir en el nuevo sistema operativo de la firma, un Windows 10 que hará su debut el día 29 de este mismo mes. En Silicon Week estaremos pendientes para ver cómo resulta la estrategia de Microsoft y por qué gadgets acaba apostando el gigante americano. En la carta dirigida a sus empleados se adelanta que hay tres tipos de usuarios diferentes a los que dirigirse, que serían los clientes empresariales, los consumidores y los adeptos a Windows. Para ellos se contemplan desarrollos en productividad y seguridad, comunicación y buques insignia. Lo veremos.
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