Descubren un fallo de diseño en los sistemas Sandy Bridge
Intel ha detenido el envío de los chipsets utilizados en su última generación de procesadores Core hasta que el problema con el diseño de Sandy Bridge se haya solucionado.
Intel ha anunciado que ha detenido el envío de los chipsets utilizados en su última generación de procesadores Core después de encontrar un fallo de diseño en Sandy Bridge.
El conjunto de chipsets defectuosos fue utilizado con la próxima generación de procesadores Core basados en la arquitectura Sandy Bridge, presentada a primeros de este año en el CES de la Vegas.
Aunque los procesadores Core no se han visto afectado, los clientes que compraran sistemas con la segunda generación de microprocesadores Core i5 y Core i7 de cuatro núcleos podrían verse afectados por el problema del chipset.
Por el momento Intel ha pedido a los usuarios que sigan utilizando sus sistemas “con confianza”, ya que está trabajando con sus socios para crear una solución completa, que podría incluir un chip de apoyo que resuelva el problema.
Intel descubrió el problema de diseño en el chipset 6-Series, cuyo nombre en código es Cougar Point y se utiliza en sistemas con procesadores Sandy Bridge, y que empezó a lanzarse el 9 de enero. Según ha explicado Intel, los puertos SATA (Seria ATA) dentro del chipset podrían degradarse, lo que podría tener un impacto en el rendimiento o funcionalidad de los dispositivos de almacenamiento como los discos duros.
Aunque no es probable que los ordenadores afectados experimenten fallos de forma inmediata, con el tiempo una transferencia de datos agresiva podría causar errores.
El fallo, que Intel quiere solucionar tan rápido como sea posible, sólo ha afectado a unos cuantos clientes porque el chipset sólo se utilizó en unos pocos ordenadores con procesadores Core i5 y Core i7 de cuatro núcleos.
La segunda generación de procesadores Core basados en la microarquitectura Sandy Bridge incluyen una serie de mejoras respecto a los productos anteriores. La principal es la de integrar, por primera vez, un procesador gráfico y una CPU en el mismo chip.
Se calcula que el problema de diseño generará una pérdidas de 300 millones de dólares para el primer trimestre de 2011.