Una nueva técnica de propulsión de plasma sin partes móviles, suministraría potencia a estos vehículos aéreos no tripulados (UAV), que miden desde 30 a unos cuantos centímetros.
James Jacob, profesor de ingeniería aeroespacial, explicó que “los soldados de infantería llevarían estos ingenios en el bolsillo, preparados para su uso en tareas de vigilancia que permitiría inspeccionar las zonas antes de pasar por ellas”.
Los estudiantes de esta Universidad están trabajando en otro proyecto de la agencia DARPA con el objetivo de construir una aeronave que podrá permanecer durante cinco años seguidos en vuelo. Seguramente estos ingenios podrían tener usos más importantes que los militares. Apostemos por ello.