Desarrolladores full stack, clave para avanzar en los proyectos de IA
En España, un perfil junior puede llegar a cobrar hasta 35.000 euros brutos al año, mientras que los sénior superan la cifra de los 70.000.
La expansión de la inteligencia artificial (IA) en las organizaciones obliga a contar con talento especializado. Entre los profesionales que pueden ayudar al tejido empresarial con esta transformación tecnológica se encuentran el desarrollador full stack.
Esto es, aquel “profesional capaz de trabajar tanto en el front-end como en el back-end de una aplicación”, tal y como lo describe la escuela de formación online mope.
“Estos profesionales dominan una amplia gama de tecnologías, lo que le permite diseñar, desarrollar y mantener aplicaciones completas, desde la interfaz de usuario hasta la base de datos y la lógica del servidor”, explica esta entidad. Su “capacidad de trabajar en todas las capas de una aplicación permite a estos profesionales desarrollar soluciones completas y escalables en proyectos de todo tipo, incluidos los relacionados con la IA”.
A diferencia de otros profesionales, atesoran un conocimiento profundo de todas las capas de desarrollo de software.
Un desarrollador full stack sabe de HTML, CSS y JavaScript para el front-end y de Python, Java, Ruby y Node.js, por ejemplo, para el back-end.
También cuenta con conocimientos de frameworks y bibliotecas como React, Angular o Vue.js para crear interfaces de usuario dinámicas, de bases de datos como MySQL, PostgreSQL y MongoDB para la gestión de datos, de soluciones de control de versiones como Git para el trabajo colaborativo y de otras herramientas tipo Docker, Kubernetes y Jenkins para cuestiones de integración y despliegue.
En España este perfil tendría una empleabilidad del 100 %, con sueldos que van desde los 24 000 a los 35 000 euros brutos al año para los junior y por encima de los 70 000 euros en el ámbito sénior.
Desde mope consideran como una inversión estratégica la contratación de desarrolladores full stack, ya que su presencia en plantilla favorece ciclos de desarrollo más rápidos, una mayor adaptabilidad a cambios, mejor comunicación entre equipos y la entrega de soluciones escalables. A esto hay que añadir la eficiencia y el ahorro de costes al no tener que contar con múltiples especialistas.