“Que nos den la razón seis años más tarde, no es justicia ni derecho”
Primero fueron las fotocopias, especialmente de los caros libros de texto de las universidades. Luego llegó internet y acceder al best seller de moda se convirtió en un trámite mucho más sencillo que ir hasta una librería.
Los casos de la filtración de obras especialmente esperadas, internet mediante, como los sucesivos volúmenes de Harry Potter son los más conocidos, pero no los únicos. La piratería afecta no sólo a la industria del disco o del cine, sino también afecta a la industria del libro, mucho más importante en términos económicos que las dos anteriores dentro de la economía cultural española.
La Federación de Gremios de Editores de España (FGEE) ha exigido por tanto mano dura. Sus representantes se han reunido con el responsable de comunicación del Partido Popular, Esteban González Pons, en la ronda de contactos que la oposición mantiene con las diferentes partes sobre el anteproyecto de Ley de Economía Sostenible.
Los autores se han preocupado por la intervención judicial y los plazos que impondrá esta medida en la respuesta al problema. “Que nos den la razón seis años más tarde, cuando las empresas han quebrado, no es justicia ni derecho”, apunta en declaraciones a la agencia Efe el máximo responsable del gremio de libreros, Antonio María Ávila.
Las reivindicaciones de la Federación de Gremios de Editores se suma al apoyo que CEDRO, el organismo que se encarga de gestionar los derechos de autor de los escritores, ha dado al proyecto antipiratería de la ministra González Sinde.
“No pueden invocarse el derecho a la libertad de expresión y el derecho de acceso a la información y la cultura para justificar actos de vulneración de los derechos de propiedad intelectual”, apuntaban en su momento.