Durante los próximos meses, las compañías tendrán que seguir combinando espacios de trabajo presencial, con parte de la plantilla desplazada a las oficinas de toda la vida, con la conexión en remoto de aquellos empleados que se queden en casa y puedan realizar tareas a distancia.
De este modo, con un formato de trabajo híbrido, serán capaces de mantener las medidas de seguridad necesarias para luchar contra la pandemia de coronavirus que amenaza la salud y la economía de millones de personas en todo el mundo.
Pero, ¿qué deben hacer empresas y empleados para implementar un teletrabajo eficiente? Desde la consultora BICG recomiendan diez pasos a seguir.
En primer lugar, hay que poner a punto la oficina doméstica. Esto pasa por buscar el rincón ideal para colocar la mesa de trabajo. Lo mejor será colocarla al lado de una ventana que proporcione suficiente luz natural a lo largo del día. Esto ayudará a reducir el cansancio ocular e impulsar el rendimiento.
Otro punto importante es el mobiliario: más allá de la estética, el factor que debe impulsar su compra es la comodidad y ergonomía que ofrezca. Esto repercute en la capacidad de concentración al tiempo que cuida la salud.
Con el material seleccionado, llega la hora del montaje. BICG aconseja mantener el espacio ordenado, despejado al máximo, lo que pasa por colocar únicamente “las cosas imprescindibles que necesites en tu día a día” sobre la mesa. Así se evitarán distracciones.
Esto está relacionado con el tema del papel. “Evita los montones de papel y el exceso de documentación”, ordenan los expertos. “Busca un sitio donde colocar los papeles (como una bandeja de escritorio) y deshazte a diario de los que ya no necesitas”.
Lo adecuado cuando se trabaja en casa es incorporar una rutina de limpieza al término de cada jornada. El teletrabajador debería recoger su mesa al final del día, especialmente si se encuentra en una zona común utilizada por otros familiares.
Si la empresa ofrece la opción tanto de teletrabajar como de incorporarse a la oficina y se opta por la primera, es vital comunicárselo al resto del equipo. Saber con antelación dónde va a estar cada persona es imprescindible para una correcta colaboración. Lo mejor es dar acceso a todo el equipo de trabajo a un calendario online que lo especifique.
Por supuesto, las herramientas de mensajería y videoconferencia se convierten en un imprescindible para conversar con los compañeros.
Y, para no perder el contacto con quienes estén fuera de la oficina, también conviene programar reuniones presenciales de forma periódica. Esto encuentros ayudarán a recuperar la vinculación social y reforzar la cultura de empresa.
En noveno lugar, hay que esforzarse por mantener alineados los objetivos individuales con los de la empresa. Es decir, debe organizarse el trabajo diario y semanal en base a unos objetivos reales y medibles en el tiempo.
BICG advierte de un último esfuerzo: el de mantenerse “operativo y disponible” durante las horas de trabajo, ya sea por chat interno, email o teléfono.
Girará en torno a tres temáticas: desinformación, contrainteligencia y credenciales expuestas.
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