Tienes una idea, escoges una a una a las personas que sabes que serán las mejores para formar parte de tu equipo, montas una empresa. En ningún momento se te ocurre preguntarte quién debería convertirse en su jefe ejecutivo, su CEO. La idea es tuya, la empresa no existiría sin ti, es tu bebé. Por supuesto, ese puesto es tuyo. ¿Cómo dejar a cualquier otra persona los mandos de tu compañía? ¿Quién iba a se mejor que tú para la tarea?
La respuesta, no siempre fácil de admitir, es que que en muchos casos el fundador no es el mejor CEO posible, sino que es casi incluso el peor. La profunda implicación personal que alguien tiene con la empresa que ha fundado hace que en muchos casos no vea de forma clara la situación y no tome las decisiones que hay que tomar hasta que es demasiado tarde. Hay casos de todo tipo: fundadores-CEOs que logran el éxito (Mark Zuckerberg, Jeff Bezos), otros que dejan la compañía y vuelven a ella como CEOs para salvarla (Steve Jobs), fundadores que conviven con CEOs (Reid Hoffman y Jeff Weiner en LinkedIn), y fundadores que acaban teniéndose que marchar (Andrew Mason de Groupon). ¿Deberías ser CEO de tu empresa?
1. ¿Sueñas con liderar o con crear? Todo va bien cuando la empresa es pequeñita: todos los días son emocionantes y las decisiones se toman más en grupo que de forma individual. Además, tienes tiempo para hacer lo que más te gusta, desarrollar el producto. No obstante, cuando la empresa crece el CEO tiene que dedicar cada vez más tiempo a tareas de gestión y liderazgo y menos al proceso creativo. Piensa cuál de las dos vertientes te interesa más: quizá prefieras no ser CEO.
2. ¿Aceptas bien los consejos? Ser CEO-fundador y llevar tu empresa al éxito significa entre otras cosas que eres una persona abierta a las opiniones y consejos externos. Por supuesto, no todos los consejos son buenos, pero es necesario estar siempre abierto a ellos y tener una actitud crítica con uno mismo. ¿Por qué te están diciendo esto? ¿Tienen razón? Analizar la situación, hablar con mentores y asesores, y finalmente tomar una decisión que no siempre es la que tenías en mente desde el principio.
3. ¿Tienes experiencia en gestión de empresas? Esto es clave: quizá seas el más experto en el producto que has desarrollado o en el sector, pero eso no significa que sepas moverte en el mundo empresarial. Si no tienes experiencia al frente de una empresa que quieres ver crecer, muchas veces es buena idea contratar a un CEO para esos primeros años, mantenerte cerca para aprender el oficio, y volver cuando ya tengas más conocimientos.
4. ¿Estás dispuesto a aceptar a alguien nuevo en la piña de cofundadores? Para que ese nuevo CEO funcione es clave que se quede mucho tiempo y que, además, se sienta parte de la empresa desde el primer día. Para ello, una de las mejores técnicas es aceptarlo en los círculos más reducidos, los del fundador o cofundadores: considera al nuevo CEO un cofundador más y será capaz de realizar mejor su trabajo. Si no estás dispuesto a esto, quizá lo mejor sea seguir como hasta ahora.
5. ¿Serás capaz de dejar al nuevo CEO trabajar tranquilo? Para que el nuevo CEO pueda realizar su trabajo y ayudar a tu compañía a alcanzar el éxito debes confiar en él y aceptar que muchas de las decisiones son ahora suyas. Déjale espacio y ofrécele confianza para realizar su trabajo y no tardarás sen empezar a ver los resultados.
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