El verano es una época en la que muchas empresas y startups necesitan que alguien les eche una mano para poder continuar con su actividad pese a las vacaciones de los empleados. Al ser también un momento en el que en muchas compañías se baja el ritmo (hay menos trabajos, clientes y proveedores están de vacaciones) se está algo más tranquilo. Es el momento perfecto para tener a algún becario o trabajador en prácticas de forma temporal.
Aunque en principio este tipo de trabajadores son de carácter temporal y se supone que están en la startup para aprender, lo cierto es que gracias a la crisis y al alto desempleo los becarios y gente de prácticas son cada vez personas más cualificadas y con más experiencia. En muchos casos, además, ya han acabado sus estudios y están en plena búsqueda de un trabajo “real”. Si estás contento con tu becario, ¿deberías contratarlo como empleado cuando acabe el verano?
1. ¿Te lo puedes permitir? Antes de decirle nada o tomar ninguna decisión, echa un vistazo a los números de tu startup. ¿Tenías pensado ampliar el equipo? ¿Puedes permitirte tener a un empleado más sin que las cosas se pongan muy difíciles? ¿Compensará el trabajo que haga el tener que pagar un nuevo sueldo?
2. ¿Cuál será su función? Muchas veces los becarios son utilizados un poco para todo, echando una mano donde haga falta o dedicándose a tareas de generación de ideas para las que los empleados normales no tienen tiempo. Para contratarlo como trabajador, no obstante, tendrás que tener claro cuál será su puesto y cuáles sus funciones. Para ello, analiza el trabajo que ha hecho estos meses, qué es lo que hace mejor y cuáles son las necesidades de tu startup.
3. ¿Aprende rápido? Una de las grandes ventajas de convertir a un becario en empleado es que estás añadiendo a tu equipo a alguien a quien ya conoces y que ya sabe cómo funciona la startup. Lo ideal sería que al acabar su período de prácticas o beca veraniega esté preparado para incorporarse al día a día de la startup como uno más, sin que sea ya necesario dedicarle ese extra de tiempo de formación.
4. ¿Cuáles son sus planes? Esto es clave, claro. ¿Qué es lo que tiene pensado hacer ese nuevo trabajador potencial? Habla con él sobre sus planes de futuro y sobre sus sueños y decide si tu startup puede interferir. Si lo que quiere es irse a vivir fuera un tiempo, seguir estudiando o trabajar en algún sitio distinto, contratarlo quizá no sea la mejor idea. Puede que acabe por abandonarte para seguir con su idea de carrera.
5. ¿Le gusta el tipo de trabajo que le has asignado? Otra de las cosas que es importante que sepas: cuando decidas qué puesto de trabajo ocupará, asegúrate de que se trata de algo que quiere y le gusta hacer. Si lo pones a trabajar en algo que le interesa menos, aunque sea bueno en la tarea, su implicación será menor.
6. ¿Estás dispuesto a compartirlo? En estos meses te ha quedado claro: tu becario es un genio y el empleado perfecto para tu startup. Pero él tiene otros planes: quizá no haya acabado sus estudios, quizá quiera vivir en otro lugar, quizá quiera probar otras cosas. Para estas situaciones hay una solución intermedia: contratarlo a media jornada, permitirle teletrabajar, etc. Si de verdad quieres a esa persona en tu startup, permítele compaginar el trabajo con las otras cosas que tenía pensado hacer. Irá mejorando y valorará positivamente a la startup. Cuando esté preparado para la jornada completa, posiblemente tenga claro que es contigo con quien quiere trabajar.
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