El debate sobre la licencia pública GNU está prácticamente resuelto
La discusión de la nueva licencia
pública GNU parece estar
prácticamente finalizada y según han avanzado al
Financial
Times distintos abogados y expertos, su aplicación podría tener
consecuencias inesperadas para fabricantes y empresas del sector de las nuevas
tecnologías.
En el futuro, si el último borrador de la nueva licencia pública -que acaba
de ser presentado? es adoptado, cualquiera tendrá derecho a abrir su propio
televisor u otro dispositivo electrónico que utilice un software y añadir nuevas
capacidades o rasgos por sí mismo. Además, de acuerdo con Mark Radcliffe,
abogado especializado en la materia, “los fabricantes de electrodomésticos
tendrán que ofrecer a sus clientes la posibilidad de sustituir ellos mismos sus
dispositivos y además tendrán que decirles cómo hacerlo”.
Esta es una de las consecuencias más probable de la primera revisión de la
licencia pública general realizada en sus 15 años de existencia. Aún así, la
principal batalla se centra en la cuestión de los derechos de propiedad
intelectual en la era de Internet. Y es que muchos han descubierto en la última
década la posibilidad de que el software libre pueda convertirse en la base para
permitir que los usuarios compartan ideas a través de Internet.
La renovación de la licencia pública GNU, iniciada en enero de 2006 por la
Fundación
de Software Libre de Richard Stallman, ha provocado una batalla filosófica
entre los partidarios incondicionales de libertad intelectual y otros más
moderados, como
Linus
Torvalds, líder del proyecto de Linux. De hecho, Torvalds rechazó los
borradores anteriores, argumentando que no cumplían con las necesidades
prácticas de las empresas de tecnología que usan el software.
En el borrador final, presentado hace unos días, Stallman renunció a algunas
de sus proposiciones más radicales. Sin embargo, la propuesta todavía insiste en
la necesidad de reforzar el software libre, por ejemplo en la cláusula
referente a los fabricantes de electrodomésticos.
Otra de las cláusulas que se ha mantenido es la que va dirigida directamente
a Microsoft, que
provocó una gran preocupación en el entorno del software libe cuando el año
pasado se alió con
Novell,
uno de los principales distribuidores de Linux. Según Brett Smith, oficial de
la Fundación de Software Libre, “el acuerdo de Microsoft amenaza la cadena de
distribución del software libre y la licencia ha sido revisada para impedir que
se complete”.