De niño a hacker: los motivos que llevan a los menores a delinquir en internet

En la actualidad los niños, al igual que los adultos, utilizan internet con profusión. Los más jóvenes de la casa tienen acceso a avances tecnológicos desde bien temprano. Según el informe de Kaspersky “Estar en línea: niños y padres en Internet”, un 47 % de los menores españoles tiene su primer contacto con un dispositivo conectado antes de los 7 años.

Si a esto se le suma que prácticamente una cuarta parte de los padres nunca habla con sus hijos sobre los peligros que rodean al entorno digital y que 3 de cada 4 saben que sus vástagos no cuentan con los conocimientos necesarios para hacer un uso seguro de la red, la situación se complica.

Kaspersky advierte de que hay menores de edad que están siendo reclutados por los ciberdelincuentes en las comunidades online, como foros y plataformas de videojuegos, para terminar implicados en actividades ilícitas.

Los jóvenes se sienten atraídos por múltiples motivos, más allá de la ganancia económica que les puede reportar esta delincuencia digital. Por ejemplo, les motiva el estatus que pueden terminar ostentando entre sus amistades.

Una parte de ellos se ven arrastrados por el deseo de pertenencia a un grupo. También puede haber un componente de adrenalina, la sensación de poder, la curiosidad por explorar habilidades tecnológicas o cierto desafío intelectual. Quienes tienen competencias técnicas ven una oportunidad para poner a prueba sus habilidades, demostrar todo lo que pueden logra y presumir del resultado entre sus compañeros.

El hecho de que en películas y series de televisión haya ciberdelincuentes representados a modo de “figuras dignas de admiración” genera atractivo.

“Una de las razones por las que tantos hackers son niños es porque piratear es divertido”, apunta la psicóloga clínica y diseñadora de juegos Kelli Dunlap. “Esas pequeñas travesuras o intrusiones pueden ser entretenidas, sobre todo cuando sus compañeros también lo hacen”.

“Además”, añade, “como la necesidad de aceptación social es muy fuerte, sobre todo al principio de la adolescencia, muchos se dejan llevar por la multitud, sobre todo si lo hacen sus amigos”.

Por último está la parte de manipulación y engaño. Los criminales adultos se aprovechan de la ingenuidad de los más pequeños sobre las consecuencias legales que tiene las actividades ilícitas en el mundo digital. Les proporcionan las herramientas y los reclutan para la causa sin ellos lleguen a comprender el impacto real de sus acciones.

“Uno de los factores de protección más fuertes contra la piratería informática es que los niños sepan lo que se espera de ellos, que sus acciones tengan consecuencias y que sepan cuáles son esas consecuencias”, apunta Dunlap.

Aquí entra la importancia de la educación digital y el acompañamiento parental. Para proteger a sus hijos, Kaspersky aconseja a los padres tomar medidas proactivas como monitorizar sus actividad en internet, desde qué páginas visitan hasta con quién interactúan, e implementar controles parentales para bloquear el acceso a contenido de riesgo.

Un 21,5 % de los padres españoles ha descubierto a sus hijos hablando con desconocidos y un 12,5 %, compartiendo datos sensibles como su número de teléfono, fotografías o el nombre del colegio en el que estudian.

Otras recomendaciones son fomentar el diálogo en vez de castigar, canalizar la pasión por la informática hacia una meta constructiva, educar en las normas éticas sobre el uso de la tecnología y prestar atención al comportamiento mostrado. Si de repente un menor se vuelve más reservado o pasa mucho tiempo con los dispositivos, podrían ser señales de que algo va mal.

Los padres deberían sospechar cuando sus hijos evitan hablar sobre qué hacen online o no saben cómo explicarse y también cuando presentan cambios en sus intereses tecnológicos y comienza a participar en actividades online en grupo.