De la IA a la industria definida por software: Red Hat desgrana las claves tecnológicas para 2024
Varios expertos de la compañía del sombrero rojo comparten su visión de futuro ante el cambio de año.
Tras un 2023 marcado por la popularización de la inteligencia artificial (IA), llegará un 2024 condicionado también por este fenómeno tecnológico en plena expansión por las empresas.
La IA copa la lista de previsiones para los próximos meses que los principales expertos y representantes del sector han ido lanzado durante las últimas semanas. Por ejemplo, la que ha publicado Red Hat, que observa tres grandes temáticas en relación a la inteligencia artificial.
Por un lado, Red Hat confía en “el auge de la nube híbrida en la IA” como prioridad estratégica para el nuevo año. “Las organizaciones reconocerán la necesidad imprescindible de aprovechar tanto los recursos on-premise como los de la nube para obtener el máximo valor de sus iniciativas de IA”, adelanta Erica Langhi, arquitecta sénior de soluciones de Red Hat para la región EMEA (Europa, Oriente Medio y África).
Esto es consecuencia de la búsqueda de un equilibrio entre la seguridad y la soberanía para los modelos de IA. Las empresas comenzarán a priorizar plataformas para la integración de datos comunes y privados, con la nube híbrida como clave de innovación.
Langhi tiene en cuenta “los desafíos éticos y los sesgos” asociados a esta tecnología. “Una tendencia destacada en el horizonte implica una mayor atención a las consideraciones éticas y la mitigación de sesgos en las aplicaciones de IA”, especifica. “Las organizaciones darán cada vez más prioridad a la transparencia y el compromiso en sus modelos” para evitar discriminaciones.
Con el Reglamento de Inteligencia Artificial de la Unión Europea en marcha, las organizaciones tendrán que cuidar su forma de proceder más que nunca. Los expertos prevén nuevas iniciativas centradas en prácticas éticas y una creciente concienciación social.
“La capacidad de comprender nuestras creaciones de IA y garantizar su imparcialidad es fundamental”, añade la experta de Red Hat, “y la explicabilidad y la parcialidad están profundamente conectadas. Las empresas que participan activamente en la comunidad de código abierto para compartir las mejores prácticas y colaborar en estándares éticos de la IA probablemente obtendrán una ventaja competitiva”.
La inteligencia artificial, al igual que el aprendizaje automático (ML por sus siglas en inglés), deberían transformar el día a día del panorama empresarial en 2024.
“Las empresas de todos los sectores superarán por fin los proyectos piloto a pequeña escala y empezarán a desplegar capacidades de IA/ML a gran escala para aprovechar las mejoras de productividad y otras ventajas que prometen estas tecnologías”, declara sobre este fenómeno Dominic Schmitt, director de ecosistema para Europa central.
En concreto, la nueva norma serán las arquitecturas híbridas y multinube, que favorecerán la flexibilidad, reforzarán la resiliencia y facilitarán la gestión de costes. Las empresas deberían apoyarse también en el software de código abierto y unos ecosistemas más amplios para avanzar en IA.
La inteligencia artificial está llamada a dejar huella en la productividad de los desarrolladores. Markus Eisele, estratega desarrollador y otro de los profesionales de Red Hat que han contribuido a la elaboración de las tendencias para 2024, explica que la clave del éxito radicará en gestionar la carga cognitiva.
“Los desarrolladores ya no son responsables sólo de implementar la lógica de negocio; sino de todo lo que es relevante para la aplicación”, indica. “Sin embargo, las configuraciones, las declaraciones, los frameworks y los diferentes lenguajes de programación -incluidos el service wiring y otros- consumen un porcentaje cada vez mayor del valioso tiempo de los desarrolladores y provocan lo que se denomina sobrecarga cognitiva en muchos equipos de ingeniería”.
Para superar este escollo, las compañías apostarán por plataformas internas capaces de proporcionar “complementos de infraestructura y componentes de software específicos, así como catálogos” que ofrezcan una visión general.
Con Europa avanzando en su propia ley de IA, aspectos como la protección y la transferencia de los datos ganarán peso. Serán necesarias plataformas seguras para la recopilación de datos y entornos coherentes para el entrenamiento de modelos.
Y, por otra parte, “proteger tanto los datos como los modelos entrenados con esos datos, sobre todo cuando se trata de datos muy sensibles, ya que el acceso no autorizado o los prompts maliciosos (por ejemplo, jailbreak) podrían poner en peligro la confidencialidad de la información utilizada para el entrenamiento del modelo”, tal y como advierte Maarten Vandeperre, arquitecto especialista en soluciones.
Richard Henshall, director de gestión de producto para Ansible, hace referencia a la automatización. El año que viene habrá que “fomentar la automatización para dar soporte a la IA mediante Policy as Code“. Esto es, “definir, actualizar, compartir y hacer cumplir las normas mediante código”. Como el ser humano no puede abarcarlo todo, los controles automatizados se dejarán notar.
Edge, nube y sostenibilidad
Otra área en la que se espera movimiento es en edge computing. Aquí habrá “una adopción acelerada del código abierto” para 2024, con el objetivo de impulsar los tiempos de comercialización, rebajar el coste de propiedad y asegurar la infraestructura. Así lo cree Francis Chow, director general de la parte de In-Vehicle OS & Edge en Red Hat.
La nube soberana también despuntará como una oportunidad de negocio. Michele Cito, responsable del ecosistemas de socios cloud de la compañía del sombrero rojo en la región EMEA, aprecia la “creciente concienciación sobre la importancia de adaptar los servicios en la nube a requisitos específicos de regulación y confidencialidad” para que los clientes tengan libertad suficiente para tomar decisiones.
Cito habla también de los servicios en la nube y la evolución de los hiperescalares. “Cuando comenzó la nube, su propuesta de valor era la flexibilidad”, recuerda. “A medida que la transición a la nube se ha convertido en el estándar predominante vemos que los clientes aumentan su compromiso con los hiperescalares para conseguir mejores condiciones financieras para sus grandes infraestructuras de TI”.
La siguiente fase prevista en este proceso de transformación será su conversión en “centros de adquisiciones” o marketplaces para los clientes.
Por su parte, el especialista en automatización empresarial Mark Swinson, hace hincapié en el fenómeno del desarrollo nativo de la nube para “configurar, construir, desplegar y retirar” y el enfoque de plataforma como producto.
Maarten Vandeperre, arquitecto especialista en soluciones, apunta hacia 2024 con la necesidad de aplicar los principios relacionados con la arquitectura limpia a la infraestructura, algo que él considera “un movimiento estratégico para construir una plataforma competitiva”. Esta arquitectura limpia supone “trasladar toda la infraestructura y las dependencias a la capa externa de la base de código, dejando la lógica empresarial en el core”.
Siguiendo la estela de años pasados, la sostenibilidad formará parte igualmente de las estrategias empresariales, con la misión de reducir el consumo energético e incrementar la eficiencia.
“Es probable que veamos herramientas o funciones dentro de los entornos de desarrollo y kits de desarrollo de software (SDK) existentes que permitan a los desarrolladores evaluar la eficiencia energética y el coste de carbono de su código”, pronostica Rimma Iontel, arquitecta jefe para Telecommunications, Media & Entertainment en Red Hat. “Podríamos ver un complemento asistido por IA que permita refactorizar el código en lenguajes más eficientes”, prosigue.
Seguramente las organizaciones se esforzarán más en la captura de métricas para despliegues de nubes híbrida y multinube en un mundo mucho más concienciado con el medioambiente.
Servicios financieros, telecomunicaciones e industria
Red Hat analiza el futuro del área de los servicios financieros de la mano de Monica Sasso, líder de transformación digital, que prevé mayor atención a la gestión de riesgos. “Cuando se trata de gestionar los riesgos de la concentración en la nube, los bancos se están dando cuenta de que tienen que pensar más allá del contexto de la nube como función de TI. Tendrán que considerar todo el negocio, la resiliencia de sus equipos, las herramientas que utilizan y cómo trabajan”, enumera. “Veremos más equipos interfuncionales y un mayor impulso hacia la agilidad” el próximo año.
Los bancos recurrirán a la IA para ganar en atractivo y luchar contra el fraude. Además, abordarán la deuda técnica para “hacer que la tecnología antigua y la nueva funcionen mejor juntas”.
Sobre el sector de las telecomunicaciones, Ian Hood, que ejerce como estratega jefe, opina que “los proveedores de servicios se centrarán en adoptar tecnologías inteligentes de automatización y de IA para mejorar la eficiencia empresarial y operativa general en la red, la seguridad, la infraestructura y las aplicaciones en un entorno híbrido/ multicloud”.
“Buscarán ofertas software como servicio (SaaS) y bajo demanda de hiperescalares y proveedores de software para acelerar la innovación antes del despliegue de estas capacidades a gran escala”, sigue Hood.
Las predicciones de Red Hat no terminan ahí. Morten Rohlfes, director de edge para EMEA, insiste en el tema del edge computing y la inteligencia artificial y aprecia la industria definida por software, alcanzándose ya la madurez en los casos de uso industrial.
“Como las decisiones para determinar si los productos son buenos o malos deben tomarse en milisegundos, se necesita edge intelligence cerca del área de producción”, señala, “ya que no hay tiempo para enviar los datos a una nube o unidad central. Los gemelos digitales y los controladores lógicos programables (PLC) virtuales son los próximos candidatos prometedores para el crecimiento, mientras que la formación en realidad virtual (RV) y e-Kanban tardarán probablemente más tiempo en establecerse”.
El mundo industrial se irá abriendo al open source y hacia la estandarización. Los próximos meses estarán marcado por las fábricas definidas por software, basadas en estándares abiertos.
El futuro también pasará por la convergencia OT-IT y escenarios en los que “el director de la fábrica pulsará un botón” y muchos de los “dispositivos, si no todos, se sincronizarán automáticamente, incluidas las actualizaciones inalámbricas”, termina Rohlfes.