Los servicios y el almacenamiento en la nube no paran de crecer. Y aunque esa nube parece muy ‘etérea’, en realidad es mucho más tangible de lo que muchos piensan. El incremento imparable del cloud computing se traduce en un aumento de la demanda de servidores y, por ende, del espacio que ocupan éstos.
Según los datos de un estudio elaborado por IDC, con la colaboración de Schneider Electric, la demanda de espacio en los data centers continuará creciendo hasta alcanzar 590 millones de metros cuadrados en 2018, desde los 482,2 millones de 2013. En concreto, el espacio perteneciente a proveedores de servicios aumentará en 48,95 millones de metros cuadrados en todo el mundo. Además, representarán el 45,6% de la construcción de nuevos data centers de alta gama en 2018.
El estudio señala que la mayor parte de los actuales data centers han sido construidos para unas cargas de trabajo estables o que cambian a un ritmo predecible. Pero la combinación de movilidad, social business, Big Data y cloud ha producido una proliferación de dispositivos móviles y de los datos creados y almacenados. Así, según el ‘Black Book’ del segundo trimestre de 2016 de IDC, se estima que el crecimiento acumulado en gasto relacionado con servicios cloud en España será de un 24%.
Asimismo, IDC incide en que hay una cantidad elevada de data centers que tienen más de cinco años, situación que genera ineficiencias a corto y medio plazo. Además, remarca que la ubicación de muchos CPD no es adecuada para sus necesidades actuales. Por ejemplo, algunos se construyeron por su cercanía a las oficinas centrales de los negocios. Ahora, sin embargo, ahora la prioridad es la orientación al cliente y la agilidad de respuesta, por lo que la cercanía a un punto de interconexión de la red, a núcleos de población o a clientes tiene más relevancia. Por otra parte, las tareas de mantenimiento y operación de los data centers tradicionales están absorbiendo una cantidad creciente de recursos humanos, que se tendrían que dedicar a desarrollar nuevas iniciativas e innovar.
De este modo, el informe destaca que el data center del futuro estará marcado por las futuras demandas del mercado. En primer lugar, tendrá que asumir nuevas cargas de trabajo. IDC especifica que el 65% de las inversiones de infraestructura en el data center serán para sistemas de relación, conocimiento y acción, frente al mantenimiento de los sistemas de registro actuales. Con la explosión de internet y la telefonía móvil, las empresas invertirán más en sistemas Big Data, analítica y sistemas de control de Internet de las Cosas, requiriendo unas mejores infraestructuras de comunicaciones con el exterior.
Por otra parte, el 65% de los activos TI de las empresas actuales residirán en entornos cloud en data centers fuera de las propias instalaciones de la empresa, mientras que un tercio del personal TI serán empleados de proveedores cloud. Así, las compañías operarán en entornos diversificados que incluirán distintos tipos de despliegue y un amplio portfolio de servicios cloud (IaaS, PaaS, SaaS), distribuidos entre distintos data centers de empresas ajenas.
Además, serán CPD más inteligentes, pues el 60% de las empresas utilizarán data centers con un nivel avanzado de instrumentación, que usarán la automatización para aumentar la eficiencia y vincular el gasto TI al valor de negocio. Esto implica que el nuevo data center tendrá un alto nivel de sensorización, permitiendo acceder a ventajas como un mantenimiento preventivo y una mayor eficiencia de utilización de recursos y de energía.
Asimismo, el 30% de los activos TI residirán en microdatacenters y puntos de servicio fuera de localizaciones centralizadas (Edge Computing). La proliferación de dispositivos móviles, servicios basados en la nube y del Internet de las Cosas redefinirán la forma de plantear la topología física de los centros de datos. Y esta tipología de microdatacenters favorecerá la implementación de aplicaciones localizadas en conjuntos de 1 a 10 racks.
Por último, la legislación medioambiental y las políticas corporativas de sostenibilidad están impulsando que el data center sea energéticamente eficiente. IDC afirma que el 8% de los nuevos CPD usarán energías renovables o alternativas como fuente principal de alimentación, mientras que las nuevas arquitecturas de refrigeración y de rack continuarán mejorando la eficiencia energética.
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