Por qué debería haber cuotas de mujeres en las startups desde sus comienzos
Un estudio pone de manifiesto que aquellas startups que no contratan mujeres al principio lo tienen mucho más difícil para atraer talento femenino en el futuro.
Un nuevo estudio publicado en Academy of Management Journal -y del que se hace eco Forbes– evidencia que las mujeres están atrapadas en un ‘círculo vicioso’ de subrepresentación en las startups.
Si una empresa que se acaba de formar las excluye de sus primeras decisiones de contratación, tendrá muchas dificultades para atraer talento femenino más adelante. Así, queda claro que aquellas startups que arrancan con disparidades de género experimentarán problemas para corregir dicho desequilibrio.
La investigación tuvo en cuenta más de medio millón de decisiones de más de 8.000 personas que buscaban empleo a partir de una app de búsqueda de trabajo enfocada en ofertas para statups. Cada una de ellas incluía la composición de género de las organizaciones ofertantes.
Los investigadores encontraron que las startups dominadas por hombres atrajeron a menos mujeres. Cuando estas constituían menos del 15 % de la fuerza laboral de una organización, las candidatas tenían casi un 30 % menos de probabilidades de postularse que sus contrapartes masculinas.
Cuanto más equilibrada en cuanto al género estaba la organización, más probable era que las mujeres presentaran solicitudes. Para las organizaciones donde las mujeres representaban más de un tercio de la fuerza laboral, la composición de género de la empresa ya no tenía un impacto significativo en la brecha de género en las solicitudes de empleo.
De manera sorprendentemente, las mujeres constituían menos del 15 % de la fuerza laboral en más de una de cada cinco startups del estudio, lo que indica que la subrepresentación femenina permanece en estas compañía.
Una de las conclusiones es que el desequilibrio de género se refuerza a sí mismo. Si los hombres representan la gran mayoría de los empleados actuales, entonces las mujeres no entran en el grupo de candidatos, lo que agrava aún más el problema.
Yuval Engel, autor principal de la investigación y profesor de la Universidad de Ámsterdam explica cómo el desequilibrio de género se puede perpetuar por los propios co-founders en las primeras etapas.
“Las decisiones de contratación las toman los propios fundadores en lugar de profesionales con experiencia en reclutamiento y contratación. Estos a menudo gravitan hacia el reclutamiento de sus redes personales y, por lo general, no invierten en ninguna política o procedimiento formal para protegerse del sesgo”, explica.
Los hombres no se ven influidos por estos porcentajes
A diferencia de las mujeres, los candidatos masculinos no se vieron influenciados por la composición de género de la organización. Los hombres tenían la misma probabilidad de solicitar puestos de trabajo, independientemente de si la organización estaba dominada por hombres o mujeres.
Para evitar el círculo vicioso de la subrepresentación femenina, Engel sugiere que las empresas emergentes se centren en el equilibrio de género desde el primer día.
“Creo que la gente en general es consciente de que las startups, en general, representan un entorno dominado por hombres. Por lo tanto, las mujeres pueden esperar ser una minoría en las nuevas empresas, y los hombres pueden esperar ser una mayoría. El estatus de minoría genera preocupaciones de ser infravaloradas, señaladas, no respetadas o maltratadas”, aclara el investigador.
“Nuestros hallazgos indican que las startups deberían prestar atención a la diversidad de género desde la primera contratación. Sin atención y esfuerzo intencional para escapar de las opciones predeterminadas de contratar a más hombres, las startups carecerán de diversidad de género a medida que crezcan, alejando a las mujeres y, finalmente, limitando los grupos de talentos de los que estas empresas pueden sacar provecho”, concluye.