Cuentos de Hadas
Si la tradición hubiera continuado, los mercados habrían tenido en Marzo
una evolución positiva.
Abril se ha iniciado con paso firme
Aunque quizá no hubiera sido muy acusada, la evolución positiva de marzo
se ha visto muy dañada por los incidentes terroristas y la incertidumbre
que sembraron, acompañados por los permanentes altercados en Irak y la
situación Palestina.
En general, y atendiendo únicamente a la
estacionalidad de la evolución de las bolsas, Abril se ha iniciado con
paso firme (de acuerdo con lo que ocurre en media y mediana),
precisamente ahora que se retoma la publicación de cifras macro
positivas y a pesar de un fuerte cúmulo de incertidumbres, que convierte
los mercados en un lugar de riesgo alto en este momento. La conclusión
parece obvia, después del retroceso de marzo al menos se está
recuperando el terreno perdido porque el cocinado de fondo para el medio
y largo plazo es positivo para las bolsas (aunque esto es matizable ya
que creemos que como siempre Europa va, e irá, a la cola de lo que
suceda en Estados Unidos).
Sin lugar a dudas las cifras macro
buenas están en Estados Unidos, que es quien es lidera el ciclo junto
con las economías asiáticas. Tras la publicación de un ISM manufacturero
fuerte y un informe de empleo muy por encima de lo que se esperaba
(308.000 nóminas creadas cuando se esperaban 120.000), el momentum
económico se ha visto alimentado por un ISM no manufacturero de marzo
que alcanzó 65,8 vs 60,8 anterior, cuando apenas se estimaba un avance
moderado hasta 61,5. El subíndice de empleo merece especial atención ya
que el sector que más pesa en esta economía (los servicios suponen en
torno al 85 por ciento del PIB) ha creado empleo corroborando las cifras
recientemente publicadas y dejando el dato en 53,9 vs 52,7 anterior.
Para continuar con esta secuencia el dato de ventas minoristas avanzó un 1,8
por ciento mensual vs 1 por ciento anterior (revisado al alza)
sorprendiendo a un confiado mercado que en principio esperaba 0,7 por
ciento. El dato libre de distorsiones que excluye autos y gasolinas
creció un 1,8 por ciento vs 0,4 por ciento anterior, dejando constancia
de que se trataba de un avance con una base amplia.
Para
continuar la inflación de marzo salió por encima de lo esperado,
creciendo en base interanual un 1,7 por ciento y 1,6 por ciento la
subyacente (se estimaba un 1,5 por ciento y 1,3 por ciento
respectivamente), y aplastando a su paso los cuentos de hadas de
aquellos que desean que la Fed no mueva tipos en el transcurso de este
año (cosa que por añadidura sería una mala noticia para los mercados en
el medio plazo, mientras que la subida podría catalizar, y cataliza,
correcciones en los mercados, pero concede visibilidad para los próximos
meses; para la economía se trata de una buena noticia aunque los
mercados lo recojan con tomas de beneficios).
Como colofón el
índice de la Fed de Philadelphia alcanzó la cota de 32,5 vs 25,3
anterior y vs 26,1 estimado, mostrando que se retoma el proceso de
creación de inventarios se estimula la producción y continúa la creación
de empleo en el sector manufacturero de este distrito.
Fondo Monetario Internacional
El FMI no ha tardado en hacerse eco de las bondades del entorno
(refiriéndose a Estados Unidos y economía global) actual diciendo que
las perspectivas para el medio plazo son benignas para los mercados.
Evidentemente también se ha hecho eco de la, en nuestra opinión, enorme
carga de incertidumbre desplegada por los acontecimientos de las últimas
semanas (petróleo por las nubes, problemas geopolíticos, etc.) haciendo
especial hincapié en que los tipos de interés en Estados Unidos se
encuentran en niveles inusualmente bajos.
Estas son cuestiones
que, dicho sea de paso, hemos repetido incansablemente, y que tan sólo
ahora, se empiezan a tener en cuenta en los mercados en lo que a tipos
excesivamente bajos se refiere (quien sabe si el mercado va a caer en la
cuenta de todo lo demás a propósito de esto en modo tromba; el apoyo
explícito de Bush al plan de Sharon, así como la declaración de tregua
del aparentemente inaccesible Bin Laden, no son precisamente motivo de
esperanza en lo que a tensión geopolítica se refiere).
El FMI
también ha alzado la voz sobre el riesgo global que supone el agujero de
déficit fiscal norteamericano (en el 2004 podría rondar el 4,25 por
ciento -4,5 por ciento del PIB vs 3,5 por ciento en 2003 y superávit del
1,5 por ciento en 2001; mucho de esto se debe a los recortes de
impuestos e incremento de gasto público en seguridad), que podría tender
a levantar los tipos de interés, y hacerle perder potencial de
crecimiento, arrastrando a otras economías ligadas a su evolución. La
ONU y la OCDE se sumaron a esta misma petición, añadiendo la última que
las cuentas públicas deberían considerar el cambio en la pirámide de
población (envejecimiento), recalcando que deberían iniciarse medidas
correctoras del déficit por cuenta corriente (dentro de éste, en febrero
se ha producido una importante reducción del déficit comercial por un
importante crecimiento de las exportaciones) que se sitúaactualmente en
el 5 por ciento del PIB.
La ONU, por su parte, elevó las
previsiones de crecimiento del PIB mundial para el 2004 (desde 3,5 por
ciento a 3,7 por ciento vs 2,5 por ciento en 2003), y comentó que
Estados Unidos crecería un 4,7 por ciento este año, Japón lo haría un
3,1 por ciento y Europa un 1,9 por ciento.
El índice de la Fed de Philadelphia y las ventas al por menor no dejan
dudas
De nuevo una vez más destacamos los comentarios realizados por la Fed en
sus publicaciones. El mensaje iba en la línea de que las mejoras en el
mercado laboral probablemente no sean de la magnitud que se solían
presentar en recuperaciones anteriores, incluso después de que quede
activado el proceso inversor de las compañías y el incremento de
contrataciones que supone. Si por un lado es cierto que el logro de
productividades tiende a frenar las contrataciones, los argumentos que
culpan de esta lenta recuperación del empleo al incremento de costes de
seguros de empleo y salud y al outsourcing hacia fuera de Estados Unidos
andan algo desencaminados.
Esto se debe a que no se trata de
cuestiones relevantes ya que el primer argumento solo pesa un 6 por
ciento en el total de compensaciones a las que cada vez tienen acceso
menos trabajadores (que además se ha equilibrado mediante subidas
salariales inferiores a otros empleados que han aminorado el crecimiento
de los costes) y el segundo es un fenómeno de pequeña magnitud que
representa un 1 por ciento de los empleos perdidos cada año.
Con
esto se justifica que mientras haya debilidad en el mercado laboral
(algo que se contrastará con los próximos datos de empleo) la demanda se
resentirá y, por tanto, se convierte en un argumento en favor de la
política acomodaticia actual.
Sin embargo (y aquí viene el
mensaje subliminal), se avisa por otro lado que en caso de producirse
una subida de tipos, no hay por qué preocuparse por el endeudamiento de
las familias, ya que está bastante controlado, y además gran parte
depende de tipos fijos. Por ende, el hecho de que las subidas (que
dificultarán la contratación de nuevos créditos) se produzcan cuando ya
hay expansión sólida hará que se vean compensadas por una mayor
seguridad en el trabajo.
En Europa el escenario macro no es tan brillante.
Inicialmente podríamos incluso pensar que últimamente se ha descontado
una bajada de tipos por las preocupaciones del BCE sobre el consumo y a
la sombra de las estimaciones de la Comisión Europea sobre el
crecimiento en Europa. La nueva cifra de crecimiento para el 2004 queda
en un 1,7 por ciento vs 1,8 por ciento anterior, con una inflación que
rondará el 1,8 por ciento vs 2 por ciento anterior estimado.
Además de esto, la Comisión lanza un mensaje muy prudente sobre el
efecto de los atentados, que podría manifestarse en los datos y las
encuestas que están por venir. En este momento lo más probable es que el
BCE esté en una postura de esperar a los datos macroeconómicos para
tomar decisiones, máxime cuando los datos en Estados Unidos. podrían
permitir que la Fed incremente tipos (25pb probablemente), lo cual le
haría el trabajo de reducir el atractivo relativo del euro a la
autoridad monetaria europea (y que contribuiría a evitar en el corto
plazo la apreciación del euro frente al dólar, aunque la tendencia de
fondo continúa en nuestra opinión siendo depreciadora del dólar).
Por tanto, a medida que se incrementa la probabilidad de subida de tipos
en Estados Unidos. se reduce la de bajada en Europa, excepto en el caso
en que los datos salgan preocupantemente flojos (la reducción de
estimaciones de crecimiento del BCE para la Eurozona sería probablemente
el banderazo de salida para esperar bajadas de tipos).
Entre las
referencias macro destacadas de Europa se encuentra el PMI de servicios,
que se contrajo más de lo que se esperaba hasta 54,4 vs 56,2 anterior,
con un subíndice de empleo que se mantenía ligeramente por debajo de 50.
Mientras que el dato en sí muestra expansión, el tono de la misma queda
relativamente dañado levantando algo de inquietud.
Otro dato
relevante ha sido el paro en Alemania que tras permanecer aletargado
unos meses ha repuntado en marzo hasta el 10,4 por ciento, después de
que las medidas adoptadas hayan supuesto por ahora retoques de tipo
estético y que no han consolidad la tendencia de creación de empleo
(mayores incentivos para el autoempleo, proceso de actualización y
activación por el que los que no busquen empleo de forma activa pierden
subsidios y la eliminación de aquellos en proceso de entrenamiento y
reciclado de la definición de parado).
Conclusión
En conclusión, el mercado fue objeto de una fuerte salida de fondos
(claramente apreciable en España) después del cambio de Gobierno y el
atentado del 11M. Posteriormente este flujo se invirtió restableciendo
los niveles de los índices a medida que salían datos positivos que
reparaban las angustias creadas durante los primeros meses del año por
miedos de que la recuperación de Estados Unidos no fuera sostenible. Una
vez alcanzados y sobrepasados contra viento y marea los máximos
anteriores, lo razonable es que los mercados se paren un tiempo a pensar
sobre las incertidumbres y sobre la posible entrada en juego de nuestro
catalizador preferido, es decir una subida de tipos por parte de la Fed,
que continuamos opinando podría tener lugar entre el 2T043T04.
Mientras que esto podría provocar correcciones (que van a ser difíciles
de anticipar y que podrían rondar el 5-8 por ciento) al tiempo que se
confirma que el crecimiento económico es sólido, evitaría
simultáneamente una bajada de tipos en Europa, a excepción de datos
macro muy malos.
El mercado Europeo (con un tono de fondo
positivo marcado por Estados Unidos), por tanto, se debatirá entre
descontar sus propias bajadas de tipos (ya lo ha hecho parcialmente) o
las subidas en Estados Unidos, mientras que un euro estable o en proceso
de depreciación a corto plazo ayudaría a sostenerlo (aunque quien sabe,
porque durante estos últimos meses se ha abierto una brecha entre el
euro y la bolsa europea, que hasta ahora se ha empezado a cerrar por la
parte de la moneda y sólo ligeramente por la evolución de los mercados).