Cuentas fake en las redes sociales: cuando la ficción supera a la realidad
Numerosos personajes públicos cuentan en Twitter y Facebook con clones satíricos, en algunos casos incluso más seguidos que aquellos a quienes acostumbran a imitar
Sin grandes diferencias entre unas redes sociales y otras
En todas partes cuecen habas y en todas las redes sociales hay perfiles falsos de personajes famosos (unos más paródicos que otros). Si Twitter considera violación de su normativa la usurpación de identidad no paródica, Facebook impide crear cuentas de otras personas sin su autorización. Y lo mismo ocurre con Google+ o Tuenti, que recientemente ha incluido la posibilidad de verificar la identidad de los usuarios a través del DNI electrónico, para evitar el registro de menores de 14 años.
Es por ello que Samuel Parra coloca a Tuenti en el peldaño más elevado en lo que a la preocupación por la privacidad de sus usuarios respecta, “ya que atienden con diligencia cualquier irregularidad que se produzca, colaborando con destreza con los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado”. A continuación, el socio de ePrivacidad sitúa a Twitter, “que cuenta también con mecanismos fiables de protección de estos derechos”. En el escalón más bajo figuran, en su opinión, Facebook o Google+, “cuyos esfuerzos no están precisamente destinados a proteger la privacidad de sus usuarios y ejercer cualquier derecho legítimo ante ellos puede ser muy complicado”.
En cualquier caso, la mayoría de especialistas no observan grandes diferencias entre unas redes sociales y otras, “salvo en lo relativo a los mecanismos técnicos de que disponga cada una para denunciar, quitar una etiqueta o solicitar la retirada de una foto o material que infrinja o perjudique los derechos legítimos de su titular”, señala María Loza.
Por otra parte, ninguna red social suele actuar de oficio contra una cuenta, sino que su acción va precedida de una denuncia por parte del afectado, algo perfectamente comprensible dado su elevado número de usuarios. No obstante, apunta Loza, “a pesar de que en principio no son responsables de los contenidos ajenos que alojan o transmiten, si conociendo la ilegalidad de un determinado contenido no actúan con rapidez en su retirada o impiden el acceso al mismo, las redes sociales incurrirán en responsabilidad”.