“Así que los anónimos censores de nuestro famélico ciberespacio, han querido encerrarme en el cuarto, apagarme la luz y no dejar entrar a los amigos”, dice Sánchez.
Además han sido bloqueados las de otros dos blogueros que tienen sus web alojados en un servidor alemán que se unen a otros sitios bloqueados para los “monitoreados” internautas de la Isla. Sánchez, aunque no puede directamente acceder a su sitio web desde Cuba (simplemente da un mensaje de error) para poner sus entradas, dice que “encontró una forma de ganar a sus censores a través de una ruta indirecta”.
“En Cuba no puede existir una forma de pensar alternativa, pero la gente de alguna manera nos sigue leyendo”, agregó. “No hay censura que pueda parar a la gente que tiene la determinación de acceder a Internet”.
Esta filóloga de 32 años que ha criticado al nuevo presidente por sus vagas promesas de cambio y los mínimos pasos para mejorar la calidad de vida, atrae una considerable cantidad de lectores escribiendo sobre su vida diaria en Cuba y describiendo las dificultades económicas y las restricciones políticas.
“Mis textos, los de los otros bloggers y periodistas digitales, han hecho que la presilla de los inquisidores haga su ridículo papel. Con estas ínfulas de adolescentes rebeldes, nos hemos ganado el manotazo, el severo guiño y el regaño. Sin embargo, la reprimenda es tan inútil que da pena y tan fácil de burlar que se trueca en incentivo”, escribe Yoani en su bloqueado blog.
vINQulos
Reuters
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