Leslie Harris, representante del Centro para la Democracia y la Tecnología, aseguró que “las compañías tecnológicas han desempeñado un rol vital construyendo la economía y proveyendo herramientas importantes para la reforma democrática en los países en desarrollo. Pero algunos gobiernos han encontrado formas de volver la tecnología contra sus ciudadanos, vigilando actividades legitimas online y censurando material democrático”.
Por su parte, Microsoft, otro de los integrantes de este acuerdo, asegura que el impulso del código responde a la voluntad de desarrollar los principios compartidos que maximizan el valor de Internet para los usuarios individuales, incluyendo las protecciones básicas para la privacidad, la libertad de la expresión y el intercambio de la información, y a establecer un proceso que haga que los participantes de la coalición sean los propios responsable de mantener esos principios.
Esta iniciativa surge en un contexto en el que algunas de las empresas participantes han estado recientemente cuestionadas por facilitar herramientas que permiten a los Gobiernos censurar la información o hacer monitorizaciones de las actividades de sus ciudadanos en Internet, como ha sido el caso de Google y Yahoo! en China.