Los usuarios más jóvenes suelen ser más despistados con sus teléfonos móviles que los de más edad. O, al menos, acaban enfrentándose a más pérdidas de dispositivos que el resto.
Así lo revela un estudio de Kaspersky Lab y B2B International, que concreta que 1 de cada 4 internautas jóvenes ha extraviado su dispositivo o ha sufrido un robo del mismo durante el último año. En general, se calcula que el 14 % de los usuarios, entre jóvenes y no tan jóvenes, ha vivido alguna de estas dos situaciones, pero cuando el análisis se acota a los menores de 24 años, el porcentaje sube al 26 %. Y frente al 77 % de afectados que pasó por consecuencias negativas a causa de la pérdida o robo, el 83 % de esos menores de 24 años tiene algún efecto perjudicial que recordar.
Por ejemplo, el 32 % vio cómo violaban sus cuentas online, el 25 % perdió para siempre el acceso a imágenes y vídeos y el 24 % sufrió la filtración de datos personales. También hay que incluir otros problemas como broncas en el trabajo, en caso de guardar información corporativa en el terminal, o el aprovechamiento de datos financieros en beneficio de terceros. Sin embargo, son minoría los que toman medidas paliativas como bloquear el dispositivo con la ayuda de la operadora con la que se tiene contratado el servicio de telefonía, hacer un borrado remoto o denunciar el caso ante la policía.
“Los dispositivos móviles se han convertido en el centro de nuestras vidas. Son como amigos que llevamos a todas partes con nosotros. La mayoría de nosotros almacenamos información sensible y personal en ellos, ya sean fotos de nuestra familia, datos bancarios online, mensajes de correo electrónico personales o contraseñas para acceder a nuestra vida diaria. Sin embargo, es fácil que nuestros dispositivos, cuando se pierden o son robados, se conviertan en frenemies digitales”, advierte Evgeny Guryanov, responsable de producto en Kaspersky Lab.
“Un dispositivo perdido o robado no es sólo un inconveniente”, sino que podría causar “una violación de la propia identidad y la privacidad” en toda regla, tal y como señala Guryanov.
“Por tanto”, continúa este experto, “es imperativo que, cuanto menos, esté protegido con contraseña, que todos los datos delicados hayan sido cifrado y que las aplicaciones móviles de seguridad se encuentren actualizadas”. A mayores, se recomienda “usar una función antirrobo como parte de una solución de seguridad más amplia”.
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