Cuando una brecha de seguridad acaba en la pérdida de talento
En el último año, prácticamente 1 de cada 3 brechas con pérdida de datos provocó también pérdidas de empleo.
Las consecuencias de las brechas de datos son múltiples. Y no solamente para la entidad que las sufre, sino para la gente que se relaciona con ella. Estas consecuencias sobrepasan los ámbitos financieros y de reputación.
“Si bien, una filtración de datos es en general devastadora para un negocio, también puede tener un impacto muy particular en la vida de las personas, ya sean clientes o empleados que han cometido errores”, indica Dmitry Aleshin, vicepresidente de Marketing de Productos de Kaspersky Lab, que recuerda que “la ciberseguridad tiene implicaciones de la vida real y debe, en realidad, preocupar a todos”.
“Ahora que los datos viajan en dispositivos y por la nube, y con regulaciones como la GDPR que están entrando en vigor, es vital que las empresas presten aún más atención a sus estrategias para la protección de datos”, indica Aleshin.
Un estudio de la propia Kaspersky Lab y B2B International titulado Del auge de los datos a la catástrofe de los datos: los riesgos y recompensas de proteger los datos personales demuestra con números el impacto que tienen las fugas de datos en la carrera de quienes trabajan para la compañía afectada. En el último año, prácticamente 1 de cada 3 brechas con pérdida de datos (el 31 %) provocó también pérdidas de empleo.
Estas pérdidas de empleo implican a diferentes tipos de trabajadores, incluso a los directivos. “La variedad de empleados despedidos después de una brecha de datos demuestra que el incidente puede afectar a cualquiera”, señala Kaspersky. En el 29 % de las pymes y en el 27 % de las grandes empresas resultaron despedidos empleados del más alto rango que no desempeñaban labores de TI.
Además de quedarse sin talento, un 27 % de las pymes y un 31 % de las grandes empresas ha pagado sanciones y multas. Un 35 % de las pymes y un 38 % de las grandes empresas tuvo problemas para conseguir nuevos clientes. Y un 45 % de las pymes y un 47 % de las grandes empresas pagó compensaciones a los clientes existentes que se vieron perjudicados.
Se calcula que hasta un 43 % de las empresas sufrió una fuga a lo largo del último año, de las que dos quintas partes vieron cómo acaba afectada la información de identificación personal de sus clientes.