Tener a tu equipo contento pasa por tratarlos bien, ofrecerles un trabajo estimulante, perspectivas de futuro, buen ambiente, reconocer sus esfuerzos y hacer que se sientan valorados. El sueldo no es lo más importante, porque si lo anterior no funciona, tus empleados no serán más felices con el consuelo de un buen salario, pero decir que el dinero no importa sería una gran mentira.
Ofrecer un sueldo decente es parte de esa valoración y motivación para tus empleados, que esperarán que, con el paso del tiempo, sus esfuerzos se vean recompensados también con algún aumento. Pero ¿cuándo ofrecerlo? ¿a quién? Estos son algunos consejos:
- ¿Te lo puedes permitir? Empecemos por lo básico: hay momentos en los que, por mucho que se lo merezcan tus empleados, las cuentas no salen. Nos referimos a casos extremos y no a situaciones “algo justas”. Recuerda que ofrecer un sueldo mejor motivará a tu equipo a esforzarse más y aumentar su productividad, lo repercutirá en el bien de la compañía.
- ¿Cuánto paga la competencia? Intenta ser de las compañías que mejor pagan, dentro de tus posibilidades: conseguirás así retener a los mejores empleados y evitar que se vayan a la competencia en cuanto tengan una oportunidad.
- ¿Cuánto llevan trabajando tus empleados en la empresa? Esto es un poco como una compañía telefónica: debes cuidar a los que llevan más tiempo –sobre todo si estás contento con ellos –para evitar que empiecen a buscar otro trabajo en otro sitio. Si tienes empleados que llevan desde el principio contigo siguen cobrando lo mismo que el primer mes, realizando trabajos impecables, prioriza sus aumentos.
- Fija objetivos “extra” y recompénsalos. Es normal que al fijar objetivos haya niveles: los mínimos que hay que cumplir, los ideales, y los más avanzados que sería fantástico alcanzar pero que sabes que es difícil. Si algún empleado alcanza este tipo de objetivos, merece ese aumento.
- ¿Tienes empleados irremplazables? Esos trabajadores que tienen combinación de habilidades poco común, los muy especializados en áreas que te interesan y en las que hay poca gente, … los que, en definitiva, aportan mucho y te sería difícil sustituir. No los olvides a la hora de decidir quién se lleva un aumento.
- ¿La empresa ha tenido un año excepcionalmente bueno? Puedes ofrecer aumentos a determinados empleados o, si las cosas han ido muy bien y has realizado las cuentas y salen, subir el sueldo a todo el equipo. El empujón a la moral y motivación general será muy visible, y seguramente lo notes en el rendimiento de tus empleados. Además, la empresa ganará en buena fama y será más fácil atraer talento.