De hecho, uno de los factores que más influyen a la hora de sacar partido de la memoria es el sistema operativo que utilicemos, o más bien, la edición de ese sistema operativo. Como muchos sabrán, los sistemas operativos de 32 bits imponen un límite teórico de 4 Gbytes de memoria direccionables como máximo, y eso limita las opciones.
Sin embargo, los sistemas de 64 bits liberan al usuario de dicha limitación, y permiten aprovechar al máximo esas configuraciones e incluso aquellas con más cantidad de memoria. Lo que parece claro es que 2 Gbytes ya no son el estándar más adecuado, y el estudio revela que la configuración perfecta en la actualidad debe contar con 4 Gbytes, una cifra que permite mejorar el rendimiento en muchos casos. De hecho, contar con 8 Gbytes no supone una diferencia fundamental.
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