En el inicio del segundo cuatrimestre de 2020 se produjo un hecho insólito en décadas: repuntaron las ventas de ordenadores de sobremesa. Evidentemente, una consecuencia más del confinamiento.
Pero salvo ese oasis en el desierto, en el mundo de la informática las ventas venían siendo mayoritariamente de ordenadores portátiles. Quien ha permanecido inmutable a esa evolución ha sido el mercado de servidores, los centros de datos que requieren de una mayor potencia y que, inesperadamente, han catapultado las ventas de los procesadores de arquitectura ARM.
Habitualmente destinados a dispositivos móviles, fue una sorpresa la reciente presentación de Apple Silicon. Se trata de la generación de procesadores propios evolucionada sobre los chips A14 que montan los iPhone de las últimas generaciones. Con presencia en los nuevos MacBook Air y Pro en el nuevo iMac, suponía la novedosa presencia en equipos de sobremesa y escritorio de un hardware que hasta ese momento se había circunscrito únicamente al móvil. Pero ya estamos comprobando que eso fue sólo el comienzo.
La consultora IDC ha publicado un informe que cifra en un 430 % el aumento de la facturación por servidores basados en la arquitectura ARM, una cifra importante per sé que contrasta fuertemente con el aumento de facturación previsto por AMD de un 112 %.
Los servidores han sido terreno tradicional para la arquitectura del esquema PC/Windows/Intel mientras que ARM se asociaba a móviles y tablets. Pero probablemente una de las razones para su actual éxito es su aquilatado equilibrio precio/rendimiento. Cada vez más potencia y cada vez menos dinero para producirlos es una combinación demoledora.
Por si esto no fuese suficiente, Intel diseña y fabrica sus chips, ARM licencia sus diseños y así son otros quienes pueden fabricar y ensamblar sus propios procesadores ARM, con la consiguiente flexibilidad y abaratamiento. De ahí que Qualcomm o la propia Apple tengan sus propias CPU sobre esta base, como los M1 de la empresa de Cupertino.
La intensa exigencia propia de los servidores puede ser una de las causas para el éxito de los procesadores con arquitectura ARM en ese entorno por una razón bien sencilla: su eficiencia energética. Son procesadores que consumen menos energía y además al no calentarse tanto no requieren de una refrigeración tan potente.
También están resultando ser unos procesadores con mayor rendimiento a procesadores equivalentes en otras arquiteturas, gozando además de un mayor ancho de banda. Este éxito cada vez mayor justificaría el interés mostrado hace unos meses por nVidia en adquirir APM a cambio de 40.000 millones de dólares.
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