Crecer lentamente o no crecer, he ahí la cuestión
Las previsiones sobre ventas mundiales de smartphones de aquí a 2019 no son del todo alentadoras y evidencian ya la saturación móvil de ciertos países.
Las relaciones entre personas no son reemplazables. Pero, con el paso del tiempo y la puesta en práctica de todas esas innovaciones tecnológicas que han hecho posible su desarrollo, el smartphone se ha convertido en uno de los mejores compañeros del hombre. Basta con contratar una tarifa de datos y echar este pequeño equipo informático al bolsillo para mantenerse comunicado prácticamente en cualquier situación y lugar. Para hablar a toda voz, para enviar mensajes a los otros participantes de la conversación, para enviar fotos, para retransmitir vídeo o para navegar por Internet.
Su unión a la vida cotidiana de las personas que habitan esta época de modernidad digital absoluta se ha vuelto indispensable. E indisoluble. Las ventajas que ofrece a sus dueños este tipo de gadget son realmente copiosas y van más allá de la función básica de localización para la que se inventó el teléfono con cables. Los principales marketplaces que ofrecen software para distintos sistemas operativos rebasan de largo el millón de componentes por cabeza. Y cada uno de estos programas tiene un objetivo concreto. Los hay que permiten tomar notas sobre la marcha, otros sirven para grabar audio, algunos ayudan a mejorar las fotos que se van sacando, existen diccionarios, alarmas, redes sociales y un buen puñado de juegos, entre otras muchas aplicaciones.
Poder acometer tareas complejas con un dispositivo que apenas abulta, en comparación con otras alternativas, y sin añorar rendimiento es parte del éxito de los smartphones. Desde que Apple introdujo el iPhone original allá por el año 2007, son casi incontables los modelos de teléfonos inteligentes que han ido saliendo al mercado bajo el sello de distintas marcas. Apple, Samsung LG, Sony, HTC, Huawei, Xiaomi, Lenovo, Motorola, Google, BlackBerry, Nokia, Microsoft y una lista que continúa ensanchándose con una cantidad aún mayor de nombres que los que ya hemos aportado han ido lanzando sus propias propuestas año tras año.
El mercado ha acogido diferentes gamas, que han buscado adaptarse a presupuestos más y menos humildes. Pero mejoras materiales, una mayor capacidad de almacenamiento, resoluciones de pantalla más convincentes y cámaras profesionalizadas se han ido agolpando como innovaciones destacadas. Y recuento tras recuento las ventas no han dejado de crecer. En 2010, los smartphones superaron a los ordenadores por vez primera con 100,9 millones de unidades trimestrales frente a los 92,1 millones de ordenadores que han quedado contabilizados en los registros de la época. En 2013, sus distribuciones rebasaron las de teléfonos básicos, al representar 216,2 millones de los 418,6 millones de móviles totales que se habían colocado en el primer cuarto. Y también en 2013, se subió ya los 1.000 millones de smartphones para todo un año.
Del 27,6% al 11,3%: el “boom” se ralentiza
A día de hoy, los smartphones son el tipo de dispositivo conectado más demandado y la movilidad de la sociedad es una evidencia, tanto que apostillarlo suena casi redundante. Según datos que acaba de publicar la UIT, ya existen más de 7.000 millones de suscripciones móviles en el planeta, cuando a principios del siglo XXI sólo se contabilizaban 738 millones. Pero la realidad de hoy en día parece decidida a evidenciar que, a medida que más y más gente se suma a la tendencia móvil, queda menos espacio para la mejora. Otro informe también reciente de la consultora IDC prevé que este año los envíos de smartphones se queden en 1.447,3 millones de unidades.
¿Qué significa esto? Que, en principio, a lo largo de este 2015 que avanza sin parar se venderán más smartphones que en 2014, pero sin embargo se constantan símbolos de debilidad. Y es que el crecimiento no será tan acusado como en épocas anteriores. Si de la cifra global alcanzada en 2013 a la de 2014 se produjo un incremento del 27,6%, el crecimiento en el presente curso será sólo del 11,3%. Y pensando a más largo plazo, en 2019, el empujón en el volumen de smartphones debería quedarse en el 5,1% si nada cambia antes por el camino. Aquí habría dos explicaciones. O al menos dos tendencias a tener en cuenta para el futuro.
Por una parte, una China que algunos considerarán la tierra prometida de los smartphones por su amplia base de habitantes y, en consecuencia, su capacidad de absorción de terminales, se ha convertido en un mercado maduro. En los meses de enero, febrero y marzo, las ventas en este país se contrajeron desde un punto de vista interanual, algo que no había ocurrido en seis años. “A menudo se piensa en China en como un mercado emergente, pero la realidad es que la gran mayoría de los teléfonos que se venden en China hoy en día son smartphones, similares a otros mercados maduros, como Estados Unidos, Reino Unido, Australia y Japón”, explicaba en su momento la directora general de IDC China, Kitty Fok.
“Al igual que en estos mercados, convencer a usuarios ya existente así como a los usuarios de feature phones para que actualicen a nuevos smartphones será ahora la clave para un mayor crecimiento”, añade Fok, que alerta de la proximidad de una saturación en este segmento. Tan cerca se está de ello que, para todo 2015, el crecimiento en materia de smartphones ya estimado para el gigante asiático será del 2,5%, bastante por debajo del 11,3% global. Se certifica así que “el mayor mercado del mundo ha alcanzado un nivel de madurez donde un rápido crecimiento va a ser difícil de lograr”, tal y como valora un colega de la directora general de IDC China, el director de programa para la misma consultora Ryan Reith.
Cabe señalar que “esto tiene implicaciones para Android, ya que China ha sido un mercado crítico para las distribuciones de smartphones Android en los últimos años”, como recuerda Reith. Los números lo ratifican. A pesar de que el sistema operativo móvil de Google seguirá siendo el rey de este ecosistema al acaparar nada menos que el 79,4% del mercado smartphone, su mejoría a lo largo del presente curso será del 8,5%, menor que el 23% que se espera para iOS, del 34,1% previsto para Windows Phone y del 11,3% que se está apuntando para el mercado en general. De nuevo se teme que habrá una evolución a menor ritmo para un protagonista móvil que está acostumbrado a los buenos titulares.
¿Hacia el mismo destino que las tabletas?
En Gartner lo resumen bien. “El volumen de smartphones todavía cuenta con un montón de oportunidades para los próximos años, pero dos segmentos fundamentales que han impulsado el crecimiento en años recientes están empezando a reducir la velocidad”, dice Ryan Reith. Por lo pronto se sabe, porque así lo ha investigado Gartner, que en el Q1 se vendieron 336 millones de smartphones, la mayoría de ellos de Samsung y Apple. Aquí encontramos otro rasgo de vacilación. Samsung ha pasado de sacarle a la firma de la manzana mordida más de 40 millones de smartphones de diferencia, en términos de unidades trimestrales vendidas, a entregar tan “sólo” unos 20 millones más.
Esto es así por mérito de Apple, que ha sabido sacar provecho de una línea de iPhones con pantalla más voluminosa, y por cierto declive de Samsung. Además, últimamente también se ha recibido a modo de revés el rumoreado abandono del proyecto de teléfonos de 25 dólares de Mozila con Firefox OS. Porque, más allá del triunvirato conformado por iOS, Android y Windows Phone, lo cierto es que se está detectando poca presencia de otros software alternativos. Tizen, por ejemplo, se deja sentir más en smartwatches que en smartphones. Y ahora habrá que ver si los teléfonos remontan o la mezcla de saturación e innovación acaba reemplazándolos por wearables como esos relojes (Tizen o no) que son igual de útiles pero más cómodos de llevar. Y si sus ventas llegan a descender, como ya ha ocurrido con las tabletas.