Como decía antes un lector en un comentario, ya podrían gastarse la pasta en otras cosas en vez de inventar aparatos como este avión espía invisible que comienza y finaliza su misión a 45 metros bajo el agua. Eso sí, si lo vendieran al público, me compraba uno de estos Cormorant y un submarino nuclear de la clase Ohio a juego, para poder lanzarlo desde dentro de uno de sus tubos para misiles Trident. El aparato, de cuatro toneladas de peso, está diseñado para lanzarse como un misil, con las alas plegadas, como si fuera una vulgar compresa de Renova, volar sobre el terreno transmitiendo información y, cuando ha terminado su misión, se sumerge de nuevo en el agua para que un robot que sale del submarino lo recoja. Y no, todavía no es real: es un prototipo en fase de pruebas, pero sí, era demasiado chulo para no ponerlo y además hoy es el día de las hazañas bélicas en Gizmodo. O como dirían Faemino y Cansado: pañum, pañum, pañum.
The Navy’s Swimming Spy Plane [Popular Science]
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