Tras un año de pandemia y con la perspectiva del tiempo y los hechos que se han ido sucediendo, cabe plantearse si las organizaciones gubernamentales y las empresas podrían haber reaccionado a tiempo o con mayor agilidad. Los datos estaban ahí, pero no se tuvieron demasiado en cuenta. Ya en diciembre de 2019 se constataba un cambio importante en el tráfico y las búsquedas en internet relacionados con la ciudad de Wuhan. Era información extremadamente relevante que, cruzada con otros datos, debería haber permitido a los gobiernos una reacción más ágil y una toma de decisiones inmediata, lo que se denomina Inteligencia Activa.
Sin querer ahondar más en la pandemia mundial y sus consecuencias, lo cierto es que se trata de un claro ejemplo de cómo el análisis de todo tipo de datos es relevante. En la actualidad tenemos las herramientas y las plataformas para poder analizar esos grandes volúmenes de información, tanto estructurada como no estructurada, pero los hechos indican que aún no se está sacando el máximo partido de ello.
El principal motivo es que necesitamos un cambio cultural, lo que se denomina Alfabetización de los datos: Necesitamos que las personas sepan utilizar e interpretar la información que tienen a su alcance para acelerar la toma de decisiones y reaccionar rápidamente ante cualquier suceso. Probablemente no era fácil predecir la llegada de una pandemia global de tales dimensiones, pero sí reaccionar a tiempo en base al análisis de los datos que se estaban generando.
Es un ejemplo que proponía la empresa Qlik durante un encuentro con los medios de comunicación especializados. La Inteligencia Activa es capaz de combinar tecnología y procesos para la ejecución inmediata de acciones en base a los datos que tengan sentido. Se trata de la suma de la Integración de datos, la Analítica de datos y la Alfabetización de los datos… Y las organizaciones, sean públicas o privadas deben invertir en ello para detectar cualquier anomalía y estar preparados para afrontarla. En el caso de las empresas, este hecho puede suponer un progreso inalcanzable para la competencia.
Qlik cuenta con los recursos necesarios para llevar a cabo esa Conversión digital: una infraestructura cloud, una solución para integrar y procesar los datos y unos servicios para ayudar a las organizaciones en la Alfabetización de los datos. Todo ello bajo el paraguas de su plataforma de datos.
El fabricante de software propone 10 tendencias a tener en cuenta para facilitar los nuevos imperativos digitales y abrazar dicha conversión digital:
Con todo esto en mente, las organizaciones deberían poner en marcha la gran conversión digital, lo que implica una capacidad de reacción más rápida, leer señales con mayor claridad y definir las opciones para cada acción, tal y como asegura Qlik.
Girará en torno a tres temáticas: desinformación, contrainteligencia y credenciales expuestas.
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