¿Se puede controlar el acceso de los menores al porno en internet?
El Gobierno quiere controlar el acceso de los menores a contenidos pornográficos en internet. ¿Cómo puede llevarse a cabo? ¿Y cómo se conjuga con la protección de la privacidad de los usuarios?
Cualquier niño puede acceder a contenidos pornográficos desde un smartphone, una tablet o un ordenador. En algunos casos, la única ‘barrera’ para evitar que entren los menores es un mensaje que se muestra al aterrizar en el sitio web que alberga este tipo de fotos y vídeos, donde se indica que se trata de contenido para mayores de 18 años.
Ni siquiera es una advertencia que hagan todos los portales de pornografía. Y tampoco es preciso indicar la fecha de nacimiento, como sucede en las páginas web de las marcas de bebidas alcohólicas, por ejemplo.
Sin embargo, el Gobierno español quiere acabar con esta situación y establecer un marco legal que prohíba el acceso de menores a contenidos pornográficos, además de fomentar el uso responsable de internet entre los niños y adolescentes y garantizar su protección frente a las consecuencias del acceso a contenidos inadecuados para su edad.
Una de las medidas que se contemplan es el establecimiento de algún sistema de verificación de la edad para acceder a páginas web de contenido para adultos. De este modo, las plataformas que ofrezcan este tipo de contenidos se verán obligadas a establecer mecanismos que permitan comprobar que el usuario es mayor de edad, exponiéndose a sanciones en caso de no hacerlo.
La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ya está trabajando en ello, de la mano de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT) y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia.
“A finales de año, la AEPD presentó, junto con la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, un sistema de verificación de edad mediante cartera digital, QR, chip NFC u OCR que puede anonimizarse. Mostró pruebas de concepto para teléfonos móviles Android e iOS y para ordenadores y consolas”, explica Patricia Mendoza Balladares, profesora en el Master Universitario en Derecho Digital, abogada y delegada de protección de datos de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).
¿Compatible con la privacidad?
Según explica el Gobierno, “se trata de una herramienta que ha sido testada en los principales navegadores y que conjuga la protección a la infancia y el interés superior del menor con el derecho a la privacidad y el derecho fundamental y a la protección de datos de carácter personal del conjunto de la ciudadanía”.
Especifica que el objetivo es la proteger a los menores del acceso a contenidos para adultos, pero permitiendo que “esos contenidos puedan ser accesibles para aquellas personas que puedan demostrar su edad sin necesidad de hacer visible su identidad”.
Implementar medidas para restringir el acceso de los menores a contenidos pornográficos en internet es posible, aunque no es sencillo. “Existen diversas tecnologías y métodos para intentar hacerlo, pero ninguno es completamente infalible, debido a la naturaleza descentralizada y global de internet. Es un desafío técnico significativo. Además, puede chocar con el respeto a la privacidad y libertad en internet”, advierte Luis Corrons, ‘security evangelist’ del Threat Labs de Avast.
“La implementación de medidas de control del acceso a contenido en línea puede entrar en conflicto con la privacidad de los usuarios. Por ejemplo, la verificación de edad puede requerir que los usuarios compartan datos personales sensibles. Además, los filtros de contenido pueden supervisar y registrar las actividades en línea de los usuarios, lo que plantea preocupaciones sobre la vigilancia y el almacenamiento de datos personales”, apunta Corrons.
En esta misma dirección, Víctor Deutsch, especialista en ciberseguridad y director del Programa en Ingeniería de Desarrollo de Software de IMMUNE Technology Institute, afirma que “factores como la recopilación de información personal para la verificación de edad, el análisis en tiempo real de actividades en línea, el monitoreo parental y la posibilidad de falsos positivos o negativos plantean preocupaciones sobre la invasión de la privacidad”.
Además, reseña que “la equidad en el acceso a la información y la necesidad de consentimiento informado son temas cruciales”. “El equilibrio entre la protección de los menores y el respeto a la privacidad requiere transparencia, educación y consideración de las leyes de privacidad existentes”, matiza.
Igualmente, Mendoza Balladares señala que “el conflicto actual es si las medidas al final se erigen en herramientas de control e intromisión a la intimidad y protección de datos”. “Esto ya se ha previsto desde el ámbito de las redes sociales y los sistemas de verificación de edad, por ejemplo. El conocimiento de la identidad del menor y sus datos, como un DNI, una fecha de nacimiento o más datos solicitados a través de un formulario, pueden vincularse a la actividad social del menor y vulnerar su derecho a la protección de datos y a la intimidad, como obtener historial de localización, realizar perfilado masivo o exponer la identidad a diversos proveedores, con transferencias internacionales de datos y sin cumplir la normativa del RGPD”, comenta.
Por otro lado, pone el acento en que existe preocupación “ante una posible brecha de seguridad, ya que el riesgo cero no existe”. “Lo mismo puede pasar en una aplicación que contenga datos de un menor y se vea expuesta a una brecha de seguridad. Es por ello que la AEPD viene trabajando en un nuevo sistema, en el cual el usuario demostraría su condición de ‘persona autorizada a acceder’ y no tanto saber si se trata de un menor que pueda quedar expuesto”, expone.
Al hilo de ello, destaca que surge otro posible conflicto, “ya que estos sistemas de verificación están concebidos de manera general, para todos”. “En situaciones en las que una persona quisiera realizar una compra o acceder a servicios como un videojuego dirigido a adultos, se requerirá la autorización correspondiente. Este escenario podría impulsarnos gradualmente hacia la obligación de contar con una cartera digital nacional, lo que complicaría el acceso a internet y, al mismo tiempo, aumentaría la trazabilidad de nuestras acciones en línea por parte del Gobierno. Aunque se diga que se aplicarán medidas como la anonimización, o pseudoanonimización, es posible hacer una reidentificación, mediante combinación de datos”, advierte la experta de la UNIR.
¿Cómo se puede realizar?
El control del acceso de los menores a contenidos para adultos se puede ejecutar con distintas tecnologías, como se decía previamente. Por ejemplo, es posible utilizar filtros de contenido. “Se trata de software que bloquea sitios web basándose en listas negras o algoritmos que detectan contenido inapropiado”, explica Corrons.
“Son fáciles de implementar y pueden bloquear una amplia gama de contenidos”, aclara. Además, el responsable de IMMUNE indica que los servicios de DNS filtrado “funcionan a nivel de red, por lo que pueden proporcionar protección a múltiples dispositivos o bloquear el acceso a categorías específicas de sitios web”.
Aunque también tienen inconvenientes. “Pueden sobrebloquear contenidos legítimos o fallar al bloquear contenidos inapropiados. También pueden ser evadidos con cierta facilidad”, comenta el experto de Avast.
Otra opción son los sistemas de control parental, “herramientas integradas en sistemas operativos y navegadores que permiten a los padres establecer restricciones”, expone Corrons.
“Su principal ventaja es que pueden ser directamente controladas por los padres, personalizando restricciones según la edad y necesidades específicas, aunque pueden ser fácilmente eludibles, si no se saben utilizar correctamente”, comenta Deutsch. Asimismo, el portavoz de Avast recuerda que “dependen de la supervisión y conocimientos técnicos de los padres y no son efectivos fuera del entorno familiar”.
La última posibilidad, por la que apuesta el Gobierno, es la utilización de sistemas de verificación de edad. “Son procesos que exigen a los usuarios demostrar su edad, a menudo mediante documentos de identidad”, afirma el especialista de Avast.
“Su principal ventaja es que asegura que sólo personas mayores de edad accedan a ciertos sitios. Además, cumple con regulaciones y leyes en algunos lugares, siempre y cuando se implementen mecanismos que garanticen la confidencialidad de la información personal”, declara el experto de IMMUNE.
Sin embargo, Deutsch hace hincapié en que este tipo de sistemas “no evitan que algunos adultos compartan su acceso con menores”. Además, Corrons alerta de que “plantea importantes preocupaciones de privacidad y seguridad de datos”, como veíamos previamente, a la par que “puede ser invasiva y excluyente”.
Por ejemplo, Mendoza remarca que algunos países “han ido cayendo en materia de sistemas de verificación por resultar demasiado intrusivos, como Estados Unidos, donde para verificar la edad se pide un análisis facial, mediante una fotografía a modo de selfie”.
¿Qué se hace en otros países?
Hay varios países que han ido poniendo en marcha diversas medidas para prevenir el acceso de menores de edad a contenido inapropiado en línea.
“En el caso de Reino Unido o de Australia, se han implementado filtros de contenido para adultos a nivel de los principales proveedores de servicios de Internet (ISP)”, explica el responsable de IMMUNE.
La profesora de la UNIR remarca que Reino Unido viene trabajando en ello desde 2013. “Se aprobó e implementó un ‘filtro anti porno’, el cual se tildó desde un inicio como inútil y herramienta de censura. Luego, el gobierno británico puso como fecha límite abril de 2018 para incorporar sistemas de verificación de edad a los sitios web por la entrada en vigor la Ley de economía digital, que contiene un apartado sobre pornografía. Desde entonces, hemos oído muchas noticias sobre lo fácil que es burlar estos filtros”.
Deutsch indica que en Francia se han introducido medidas para proteger a los menores de edad en línea, “incluyendo la obligación de que los proveedores de servicios en línea implementen sistemas de filtrado para bloquear el acceso a sitios web con contenido para adultos”.
“La Autoridad de Control Francesa (CNIL) indicó en 2022 que no era posible llegar a una eficacia absoluta y publicó una serie de recomendaciones, pretendiendo reconciliar la protección del menor con la protección de sus datos y privacidad”, añade Mendoza Balladares.
En el caso de Alemania, el experto de IMMUNE recuerda que se han desarrollado leyes que exigen a los proveedores de contenido en línea tomar medidas para evitar que los menores accedan a contenido perjudicial.
Además, pronto tendrá lugar un acontecimiento que puede cambiarlo todo. “Muchos esperamos que llegue el 17 de febrero, fecha en la que entra en vigor la Ley de Servicios Digitales y que se aplica no sólo a redes sociales y grandes plataformas, sino también a sitios que ofrecen contenidos para mayores, como puede ser Pornhub, entre otros”, recuerda Mendoza.
Asimismo, señala que “estamos viendo cada vez menos contenido publicitario dirigido a menores, porque YouTube lo ha prohibido, por ejemplo”. Y recalca que la configuración de los perfiles de menores como privados es otra de las medidas que ha puesto en marcha esta plataforma de vídeo en streaming para proteger a los niños.