Asegura que su trabajo consistía en realizar campañas de marketing encubiertas, hacer un seguimiento de Craiglist (el famoso foro de anuncios clasificados virtuales) y tratar de eliminar cualquier mensaje que hiciera mala publicidad de la ciudad de San Francisco.
Según dice, el ayuntamiento de San Francisco no es el único en gastar millones para influir en la gente de esta manera.
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