Connectix Virtual PC 6, disfruta de programas Windows en tu Mac OS
La última edición de esta reputada aplicación de Connectix trae mejoras sustanciales y además estrena situación estratégica.
La base del funcionamiento de esta aplicación es, como en el caso de VMWare para PC, el concepto de máquina virtual. Esta técnica consiste en la posibilidad de ejecutar en una misma máquina diversos sistemas operativos de manera concurrente, aprovechando cada uno de ellos parte de los recursos hardware disponibles y permitiendo ejecutar de forma nativa aplicaciones diseñadas para ese sistema operativo.
Aunque desde la página web de Connectix se recomienda un mínimo de 256 Mbytes para ejecutar una máquina virtual con Windows XP, lo cierto es que es mucho más adecuado contar con el medio giga, que suavizará en gran medida la ejecución de la emulación. Lo mismo ocurre con el procesador. Parte de las mejoras críticas que se han aplicado a Virtual PC 6 residen en el aprovechamiento de la tecnología AltiVec (el laureado Velocity Engine) de los nuevos micros G4, y en el de las cachés de nivel 3 (L3) que aumentan la predicción de ramas de ejecución o de acceder mucho más rápidamente a datos que son frecuentemente utilizados.
Aun cuando Virtual PC 6 funciona perfectamente en Mac OS 9, sus desarrolladores nos hablan de una mejora de hasta el 25 por ciento en el rendimiento en el caso de que lo utilicemos bajo Mac OS X.
Existen diferentes versiones de la aplicación que están destinadas a usuarios que ya dispongan de una copia de alguno de los sistemas operativos de Microsoft, o a aquellos que necesiten también uno de estos sistemas con una licencia válida para ejecutarlos en la máquina virtual.
La instalación del software es tremendamente sencilla, aunque si no tenemos uno de los paquetes con sistemas operativos preinstalados el proceso se alarga algo más para la creación del fichero imagen con nuestra copia del sistema operativo. En el disco duro del Mac veremos esta instalación como un gran archivo que normalmente ocupará varios gigas y que en esta última versión es del tipo «autocontenido». Es decir, toda la información de control reside también en el propio fichero, algo que es muy útil a la hora de exportar todas sus funciones entre diversas máquinas virtuales, entre Mac OS 9 y Mac OS X, y también, por qué no decirlo, entre distintos Macs. A partir de aquí nos encontraremos con un soporte nativo de básicamente todas las aplicaciones disponibles para la arquitectura x86, tanto si instalamos un sistema operativo de 16 bits (95, 98, Me), como si optamos por las soluciones de 32 bits.
La última versión de Virtual PC ha mejorado apreciablemente la velocidad de funcionamiento con respecto a la anterior edición, pero sus mejoras principales se centran en otros muchos puntos. En primer lugar, podremos montar los discos duros creados para PC desde el propio Finder, sin necesidad de estar ejecutando la aplicación. Estos volúmenes virtuales podrán así ser accedidos de forma transparente para poder arrastrar y soltar documentos (sin duda, una de las acciones más útiles, tanto con Virtual PC corriendo como sin hacerlo) o para realizar backups con aplicaciones como Retrospect. Una vez ejecutada la máquina virtual (o varias de ellas), el citado soporte para el drag&drop es tan eficiente como útil, pudiendo trasladar todo tipo de archivos entre máquinas virtuales, la máquina virtual y el Finder, o viceversa. Una de las opciones más curiosas consiste en la perfecta integración de Virtual PC 6 con el Dock de Mac OS X, ya que disponemos de un icono para la aplicación, pero también de un nuevo icono de inicio que permite ejecutar aplicaciones Windows de la máquina virtual a la que pertenezca ese acceso directo, incluso sin tener la máquina virtual corriendo. Una excelente idea que permitirá lanzar software para nuestra máquina virtual desde el Finder sin problemas. Hay que señalar no obstante que no existe soporte para aceleración 3D, por lo que aunque los juegos 2D convencionales corren perfectamente, no es muy buena idea ejecutar títulos de última generación en el Mac.
En cuanto al soporte hardware, uno de los pocos peros lo encontramos en la ausencia de soporte para el puerto FireWire de forma nativa, pudiendo, eso sí, acceder a unidades de almacenamiento desde el Finder de Mac fácilmente. Los periféricos USB sí están perfectamente contemplados (impresoras incluidas, algo importante), mientras que en segmento del almacenamiento óptico podremos acceder a datos de CD-R/RW o DVD.
Las redes son otro de los apartados especialmente cuidados por Connectix, y en este sentido la técnica IP sharing toma especial importancia y en ella se basa el funcionamiento de nuestro Mac con máquinas virtuales instaladas. La dirección IP se comparte entre el sistema operativo de Mac y los sistemas operativos instalados en las diferentes máquinas virtuales en ejecución. La navegación web, el acceso al correo electrónico o la utilización del protocolo TCP/IP y de otros protocolos de Internet se realiza de este modo de forma transparente para el usuario. Algo que también tiene importancia a la hora de acceder a servidores remotos y a las famosas impresoras de red, un recurso ampliamente utilizado en oficinas de pequeño y gran tamaño.