Especial desde Barcelona
Durante esta semana se ha desarrollado en la Fira Gran Vía de Barcelona la 3ª Edición del Congreso internacional IoT Solution World Congress, que en esta ocasión ha reunido a unos 12.000 profesionales de 114 países. Se trata de una cifra que supera las expectativas, tal y como nos comentaba Roger Bou, director general de esta feria en una entrevista.
Este año hemos podido comprobar que las soluciones propuestas por los expositores están en su mayoría en producción y comercializándose, algo que no había ocurrido en ediciones anteriores. Esto significa que el mercado de IoT se encuentra ya en plena madurez, aunque con algunas dudas si atendemos a la diversidad de industrias a las que van dedicadas las soluciones. Hay que tener en cuenta que aquí se muestran alternativas para mercados tan variopintos como los de Salud, Manufactura, Transporte, Energía, Infraestructuras, sector Agrícola, Ciudades Inteligentes y Gobierno…
Ésta fue una de las cuestiones tratadas en diversas charlas a la hora de afrontar un proyecto de despliegue de IoT. Las empresas deberían comenzar con un exhaustivo estudio de sus necesidades reales para encontrar la solución adecuada a ellas. Una vez hecho esto, localizar al fabricante o integrador que proporcione lo que necesitan y, por último, llevar a cabo despliegues de pequeñas dimensiones. Entre otras cosas porque el mundo del IoT está en plena ebullición, con grandes dosis de innovación que aceleran la puesta en el mercado de nuevas soluciones. Por tanto, un proyecto de magnitud que requiere mucho tiempo para su puesta en marcha corre el peligro de quedarse desfasado con la llegada de soluciones más modernas, eficientes y, sobre todo, inteligentes.
Y es que uno de los conceptos que más hemos escuchado de los expositores durante estos días en Barcelona es el de la Inteligencia Artificial. Compañías como Intel, Google, Microsoft, Vodafone, Telefónica, Huawei , Schneider Electric… nos explicaban que el gran reto del IoT no solamente se encuentra en proporcionar una oferta que dé respuesta a las necesidades concretas de los clientes, sino dotarla de suficiente inteligencia como para elevar los niveles de automatización, tanto a nivel de gestión de los dispositivos y sensores conectados como a la hora de obtener valor de los datos que generan cada instante.
El objetivo es minimizar el mantenimiento y la gestión de los recursos de forma manual y automatizar los procesos al máximo. Pero esto no se puede conseguir mediante los modelos computacionales y comunicaciones tradicionales, sino que hay que dar un paso más allá. Compañías como Intel o Schneider Electric apuestan claramente por dotar a los dispositivos que se encuentran en los extremos de más inteligencia y eficiencia. Es decir, no centrarse únicamente en las capacidades que se encuentran en la nube, en los datacenter, sino intentar compensar la balanza para que cada elemento que forma parte del despliegue tenga su propia inteligencia y no dependa tanto de los otros. Es lo que muchos denominan Edge Computing, o computación en los extremos, un concepto cada vez más presente en la estrategia de las compañías y del que ya hemos hablado en este completo artículo.
A continuación, la entrevista en vídeo que nos concedió Roger Bou, director general del IoTSWC:
Entrevista a Roger Bou, director general de IoT Solutions World Congress
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