Leigh Jones, un empleado que trabajaba en una oficina de Cisco en la ciudad de Norwich, reconoció ante un tribunal haber robado más de 100.000 libras pertenecientes a clientes de su empresa para poder pagar sus adicciones al juego.
El ludópata llegó a Cisco a principios del año 2011, y parece que acabó aprovechando su puesto en la empresa para acceder a las cuentas de los clientes de la empresa tecnológica.
En su primer año trabajando en la empresa americana obtuvo unos ingresos totales de más 113.000 libras y su rendimiento fue bueno, pero los problemas comenzaron en 2012.
Mientras estaba de vacaciones en el Caribe, el empleado encargado de sustituirle se percató de las prácticas irregulares llevadas a cabo por Jones.
El ejecutivo inglés ha devuelto ya parte del dinero y solo le faltan 42.500 libras para terminar de reintegrar todo lo sustraído.
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