Concentración como paradigma
El visto bueno del Gobierno a las posibles fusiones corporativas abre, acompañado de la iniciativa privada, nuevas expectativas en el mercado económico del país.
Concentración, fusión e integración van a ser los componentes esenciales de las nuevas estrategias del sector de las telecomunicaciones. Desde el Gobierno, con José Montilla a la cabeza del Ministerio de Industria, acompañado de Francisco Ros, como responsable del Estado de Telecomunicaciones, y sin olvidar al máximo representante de la CMT, Carlos Bustelo, parece posible la creación de operadoras alternativas, sólidas, que puedan enfrentarse a los temidos monopolios que hasta no hace mucho tiempo dirigían el espectro de la comunicación en el panorama nacional.
La integración de varias compañías -en este caso de cable- ha recibido el beneplácito de los círculos más influyentes y, pese a todo, el resto del tejido corporativo a la hora de fortalecer sus flecos más vulnerables.
La apuesta es seria porque de ser cierta, el avance en cuanto a consolidación del segmento empresarial español podría tomar un nuevo cariz digno de ver y contar.
Aparentemente, las cifras de negocio deberían crecer con esta última toma de posiciones y, esperemos que con ellas, la expansión de nuestro mercado más inmediato. Aunque sea poco a poco.
Sin pecar de inocentes, las expectativas empresariales se multiplican ante las recientes iniciativas gubernamentales y privadas. Así pues, con calma, vayamos tomando nota y preparándonos para todo lo que conlleva la concentración de las entidades jurídicas porque, como en todo proceso, lo malo saldrá después. Tiempo.