Competitividad amenazada
Pequeños integradores se quejan del favorecimiento a las grandes empresas de los planes estatales de subvención de ordenadores.
La loable iniciativa de llenar de ordenadores los hogares españoles tiene su lado tendencioso. Parece ser que la fórmula ideada por el Gobierno favorece a las instituciones financieras principalmente, obstaculizando la competencia con respecto a los pequeños integradores, que verán reducida su ventaja competitiva por precio.
Dando un giro a la polémica, creemos que es evidente que la diversidad es un motor de riqueza y de crecimiento, mientras que la normalización, ortodoxia y uniformización devienen en estancamiento. Y atendiendo a dicha máxima creemos que es de recibo que se apoye igualmente un mercado amplio y diverso de productores de ordenadores. Ello debe ser alentado desde las altas instancias, y se debe controlar que la tendencia caníbal del sector no tenga ninguna ayuda desde esos mismos despachos.
Un medida que tendría que ser el ABC de la empresa y que sin embargo es una de las más vituperadas, es el salto indiscriminado de figuras de renombre del sector privado al sector público. Lejos de cuestionar la profesionalidad de estos personajes, su mera presencia en cargos públicos y privados genera resquemores nada positivos.
La salud del sector debe comenzar por la integridad de sus máximos dirigentes, y cualquier legislación debe atender, por encima de todo, a la equidad de las condiciones de partida de los competidores.