Scott Moulton, de Forensic Strategy Services nos explicó el proceso en el Defcon 2006 de Las Vegas, dándonos algunos consejos que no eran del todo obvios.
Lo primero que nos dijo fue que según su experiencia, el 85 por ciento de las unidades de disco duro que se estropeaban tenían que ver con un problema del software y no del hardware. Esto puede arreglarse con un gran número de herramientas, cambiando de sistema operativo, utilizando un LiveCD o simplemente probando la unidad en un sistema operativo diferente. Vamos, que las posibilidades son variadas y algunas no muy caras.
El otro 15 por ciento se debe a causas mecánicas, y aquí es donde los problemas son más difíciles de solucionar. El 10 por ciento suelen ser problemas electrónicos, el 4 por ciento un problema de las cabezas o las fuentes (platters) y un 1 por ciento del motor. Dado que la placa de circuito impreso (PCB) del disco está sujeta por un gran número de tornillos y no soldada a nada, sustituirla no debería ser difícil. Cambiar físicamente los componentes electrónicos es algo que cualquier principiante puede hacer.
El problema es que estas partes electrónicas suelen cambiar (tanto la PCB como los componentes o el firmware) y lo hacen sin avisar. Si vas a cambiar una PCB, necesitarás una unidad fabricada más o menos en la misma fecha que la que no funciona (unos dos meses).
Las cabezas y las fuentes son un poco más problemáticas. Si tienes una única fuente, entonces no será difícil sacarla y colocarla en una unidad diferente. Las posibilidades de recuperar los datos son muchas. Si tienes más de una fuente, la cosa cambia.
La razón es que las pistas de un disco duro vienen colocadas de fábrica y no pueden modificarse. Antes los motores movían una cabeza a cierta distancia moderada. Ahora, las pistas vienen codificadas en su localización. Las cabezas se mueven un poco y después leen dónde están. Si necesitan seguir moviéndose lo hacen, si no, empiezan a leer los datos.
Las fuentes están por tanto codificadas con la localización que tienen y si desatornillas los ejes, no hay nada que sostenga su alineación. Si las liberas, no sabrás después cómo alinearlas. Dado que un sector se escribe a través de las fuentes, si éstas no están alineadas se destruyen los datos del disco. Esto significa que si tu motor funciona (el último 1 por ciento) y tienes más de una cabeza, todo habrá acabado. Si tienes múltiples fuentes, lo único que puedes hacer es dejarlas ahí, cualquier otra cosa sería fatal.
Y ya sólo queda la opción de las cabezas móviles. En pocas palabras, este es un problema con solución, aunque requiere un buen pulso si las fuentes no están dañadas. Para ver si están dañadas o no, abre la caja y revísalas. Si no hay nada extraño a primera vista, revisa el pequeño filtro de aire y si hay un poco de plata en él, una vez más, olvídate de recuperar nada. Si las fuentes están bien, es el momento de cambiar las cabezas y rezar.
En resumen, arreglar un disco duro es más un asunto de software. Si tiene que ver con el hardware, es muy probable que intentes cambiar la placa, algo que puede ser bastante lioso. No es imposible recuperar los datos uno mismo, pero prepárate a romper unas cuantas unidades antes. Te recomendamos experimentar con datos que no sean críticos.
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