Vivimos en la era startup, una época en la que emprender y montar una de estas pequeñas empresas en las que todo sucede rápido se ha convertido en una especie de sueño que muchas personas persiguen. Dejar tu trabajo y montar una startup es muy bonito en teoría, pero en la práctica no siempre ofrece lo que prometía. ¿Aguantar y aguantar o decir “hasta aquí” y abandonar?
Aunque se hable poco del tema, en muchas ocasiones la difícil decisión de dejar tu propia startup es lo mejor que puedes hacer no solo por ti, sino también por la compañía. Pero ¿cómo saber si es el momento? ¿cómo asegurarte de que no te estás precipitando en la decisión? Estas son 6 señales de que es el momento de marcharte:
1. Has perdido la pasión. Si hay algo que mueve a los emprendedores a hacer todos los sacrificios que hacen por sus startups, a dedicarles tantas horas y toda su energía sin obtener mucho a cambio, es la pasión. Si notas que esta ha desaparecido, que ya no te levantas emocionado por la mañana con ganas de seguir trabajando en eso en lo que tanto crees, es el momento de dejarlo. No aguantarás mucho más.
2. Te preguntas si todos los sacrificios valen la pena. Una startup pasa una factura enorme a nivel personal. De pronto te dedicas por completo a la empresa, lo que daña las relaciones de pareja y amistad. El tema económico también afecta: se ha invertido mucho, posiblemente todos los ahorros, y todavía no se obtienen beneficios claros. Si has empezado a preguntarte si vale la pena, déjalo. Tu startup ha pasado de ser tu bebé al parásito que te chupa la energía, tiempo y dinero. Mejor salir ahora que todavía la puedes recordar con cariño.
3. Tu startup necesita un cambio radical. Quizá no estés quemado y todavía mantengas la ilusión, pero has empezado a notar que para que la startup siga adelante hace falta que dé un giro radical… y ves que de pronto tu papel en ella dejará de ser importante. Sé lo suficientemente inteligente como para tragarte tu orgullo y pasar a segunda fila. Tus sucesores lo harán mejor.
4. Sabes que todo continuará sin ti. Una razón para no dejar tu startup es ver que, si te vas, todo se desmoronará. En estos casos es más difícil decidirse, pero si ves claro que todo va a continuar aunque no estés, que hay líderes que ocuparán tu lugar y lo harán bien, que hay un pez gordo dispuesto a compraros, etc. vete sin remordimientos. Verás crecer a tu bebé y te sentirás orgulloso de todo el trabajo realizado.
5. Como accionista, ves que sobras. Eres accionista de tu startup, así que piensa como tal. ¿Es tu presencia un lastre para el crecimiento de la compañía? ¿Hace falta un cambio en el liderazgo y sobras? ¿Tu función en la startup ya no está tan clara como al principio? Si analizando la situación como accionista llegas a la conclusión de que todo mejoraría sin ti, vete.
6. Estás convencido de que aunque consigas el éxito, no serás feliz. Esto va relacionado con los dos primeros puntos. Ahora lo estás pasando mal porque estáis empezando en la startup. Es normal que la empresa se convierta en lo único de tu vida y das por hecho que es temporal. Pero debes preguntarte qué pasará cuando alcancéis el éxito buscado: ¿podrás volver a sentirte bien o crees que seguirás estresado, infeliz, menos sano y sin vida personal? Si ves más probable la segunda opción, no dudes en dejar tu startup.
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