Aunque internet es a día de hoy la principal fuente de información para muchas personas, los datos muestran que la brecha entre la búsqueda de información en internet y las compras que se realizan es todavía muy amplia en España, a diferencia de otros países europeos o asiáticos.
Por ejemplo, el 66% de españoles consulta internet antes de comprar para buscar opiniones y recomendaciones, especialmente cuando se trata de viajes —hoteles, vuelos y actividades de ocio y turismo— y restaurantes.
En lo que respecta a las compras, hay algunos sectores que lideran las compras online, como viajes, moda y complementos, y electrónica, música y sonido. Pero se trata de compras esporádicas. Solo el 19% de españoles compra semanalmente por internet de forma habitual, o lo utiliza para sus compras regulares.
Así, utilizamos internet como fuente de información y para compras ocasionales, pero ¿por qué no adoptamos este hábito en nuestro día a día, teniendo en cuenta que es más fácil y cómodo que la compra presencial?
Según las encuestas, estos son las principales barreras para la compra por internet:
Internet cada vez ofrece más métodos de pago, y con mayor seguridad de los datos y en las transacciones. Una de las claves del proceso de conversión son precisamente las formas de pago: ofrecer al consumidor una gama amplia y flexible para que pueda escoger.
Pago con tarjeta
De crédito: física o digital, enlaza a una cuenta bancaria y el pago es aplazado.
De débito: física o digital, enlaza a una cuenta bancaria y el cargo es inmediato.
Prepago: suele ser física y se usa online; se recarga hasta un importe máximo.
Tarjeta regalo: cuentan con un importe fijo almacenado; no identifican al usuario.
Tarjeta de fidelización: identifican al usuario, y lo recompensan por su uso.
Pago directo entidad-usuario
Transferencia: se realiza una transferencia al vendedor posterior a la compra.
Pago a la entrega: se compra online, pero se paga físicamente al recibir el pedido.
Cheques digitales: en vez del cheque físico, se emite un cheque digital por el valor de la compra.
Domiciliación: el vendedor realiza el cargo a la cuenta bancaria del cliente.
Pasarelas de pago o TPV virtuales
Pasarelas propias: la empresa almacena los datos de la tarjeta, y facilita el pago online en su web, como Amazon Payments.
Servicios de pago online: permiten almacenar los datos bancarios y pagar de forma segura en casi cualquier web, como PayPal.
Pago vía móvil
eWallet: el móvil se utiliza como cartera, y se usa para acceder a los datos bancarios. Se utiliza para pagos online y offline, con tecnología contactless, como Samsung Pay o Google Wallet.
Cargo al móvil: el móvil sirve para identificar al comprador y el importe de la compra se carga a la factura del móvil.
Métodos alternativos
Moneda virtual: como Bitcoin, una moneda virtual descentralizada, no corresponde a una moneda física vigente; su pago se admite todavía en pocas webs, pero el uso crece gradualmente.
Los métodos de pago son cada vez más diversos y sofisticados, pero la clave es centrar el desarrollo de estos métodos en la experiencia del usuario y sus hábitos de compra. Por suerte, muchos de los sistemas nacen ya con este enfoque centrado en el consumidor.
Fuentes: ICAR, Total Retail 2016 de PwC y About Payments.
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