Cómo optimizar la eficiencia energética en el servidor
En este extenso artículo examinamos varios componentes que inciden directamente en la cantidad de energía que un servidor utiliza, así como el coste real de operar un servidor y cómo optimizar su eficiencia energética.
Lo que vale un vatio: el coste energético
Muy pocas veces nos paramos a pensar en lo que vale hacer funcionar un “pequeño” servidor que por lo general necesita de unos 500 vatios para moverse. Este servidor necesita también enfriar 500 vatios de carga (alrededor de unos 1.700 BTUs o unidades térmicas británicas). Por tanto, si hablamos de un centro de datos al uso que tenga un PUE de 2.0, significa que utiliza un vatio para dar soporte (pérdidas energéticas y energía de refrigeración) a cada vatio de “conexión de energía” para la propia carga TI. Esto significa que coge 1.000 vatios, o 1 kW, de energía del centro de datos para hacer funcionar un pequeño servidor de 500 vatios.
Puede parecer que un único kW no es mucho para un centro de datos. Pero si calculamos que se consume continuamente, estamos hablando de 8.760 kilovatios hora por año. A 11,5 céntimos por kWh, tenemos que un kW cuesta 1.000 dólares al año (eso sí, 11,5 céntimos es sólo una cifra media; en muchos sitios vale más).
Así, en un período de tres años, ese pequeño servidor de 500 vatios puede costarnos 3.000 dólares o más sólo a través de la factura de la luz. De hecho, dado que muchos de estos servidores cuestan menos de 3.000 dólares, puedes entender por qué muchos analistas predicen que la energía que se necesitará para hacerlo funcionar superará al coste del servidor (sobre todo si la luz sube). Examinemos ahora qué es lo que podemos hacer para optimizar esto.