Dicen que las partes más difíciles de un proyecto son el primer y el último 10%. Pero hay un enorme trabajo entre esos dos puntos. En última instancia, la motivación durante ese recorrido se reduce a nuestra conexión con el trabajo y el valor que obtenemos de él, más allá del dinero. Por lo tanto, desarrollar un nicho en el que nos guste trabajar puede ayudar combatir los momentos de depresion que surgen cuando el proyecto no termina de arrancar.
En primer lugar, se debe empezar un proyecto con entusiasmo, pero con precaución. No es aconsejable perseguir el dinero desde el primer momento, sino que es preferible seguir un criterio específico para la elección del equipo y la clientela. El primero debe estar entrenado y tener al director del proyecto detrás de ellos, así como tener conceptos y mensajes que realmente significan algo para este. En cuanto a los clientes, deben estar establecidos en sus campos y completar un proyecto a corto plazo antes de comprometerse a más.
También es muy importante la comunicación cuando se está en pleno proceso de trabajo a largo plazo. Para empezar, hay que tener claro cómo se van a hacer las cosas desde el primer día. Eso incluye el establecimiento de límites, con líneas de tiempo, y asegurarse de que los clientes tienen claras las líneas generales. El empresario y el cliente tendrán que aprender a hablar el idioma del otro, descubrir sus formas preferidas para comunicarse y ofrecer retroalimentación.
También es clave combatir la rutina. Cultivar las relaciones interpersonales, tanto entre los miembros del equipo como con el cliente, y mantener un intercambio de información franca y fluido son dos formas de combatirla. Además, todo trabajo creativo comparte un elemento común: la dedicación, a la idea y al proyecto que ha de tomar forma.
Y, por último, no olvidar nunca que el talento es un bien muy preciado y actuar en consecuencia. Si bien puede parecer atractivo buscar negocios a largo plazo lo antes posible, este proceso no debe ser apresuradoEs mejor ir paso a paso y, cuando estemos listos, ofrecer una propuesta a largo plazo. Nunca hay que perseguir el dinero; incluso si se consigue una oferta puede ser preferible esperar hasta construir lentamente tu idea, sin dejar de aceptar proyectos a corto plazo, y embarcarse en grandes proyectos sólo cuando estés listo.
Vía TNW.
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