Cómo mantener la motivación del nuevo año en tu equipo de forma permanente
Los propósitos y motivación de año nuevo muchas veces se diluyen con el paso de las semanas, pero no tiene por qué ser así.
Acaba la época de fiestas y toca volver a la rutina. Las primeras semanas –tras la recuperación después de las vacaciones– suelen ser casi perfectas: todo el mundo llega con sus propósitos de año nuevo todavía frescos, motivados para ser más productivos, más amables, más felices. No obstante, todos sabemos lo que ocurre en cuanto enero se convierte en febrero y poco a poco el tiempo sigue pasando: esos propósitos van, poco a poco, diluyéndose.
¿Cómo mantener esa motivación de año nuevo de forma permanente? ¿Cómo hacer que tu equipo esté constantemente en modo mejora? No es fácil, pero sí posible si se siguen algunos consejos. Estos son algunos pasos que pueden ayudarte a que tu año nuevo sea de verdad vida nueva.
- Fija unos objetivos claros y realistas. ¿Adónde quieres llegar este año con tu empresa? Tómate algo de tiempo para fijar esos objetivos y asegurarte de que son contabilizables. Y no todos tienen que ser económicos; pueden también ser de flujos de trabajo o de cambios de actitud que mantener durante todo el año.
- Pregunta a cada empleado cuál quiere que sea su misión este año. Moléstate en hablar con todos tus empleados y averigua qué esperan de estar en la empresa, qué creen que podrían aportar que no están aportando, de qué creen que se pueden encargar. Si todo el mundo sabe qué se espera de ellos y además es algo con lo que saben que pueden marcar una diferencia, estarán más motivados.
- Mide resultados con frecuencia. De nada sirve fijar objetivos y misiones si después no se controla qué tal va todo hasta el mes de diciembre. Controlar los objetivos con frecuencia recuerda a todo el mundo hacia dónde se va y renueva la motivación, especialmente si las cosas están avanzando. Si no funciona, cambiar de método ayudará también a sentir que se está haciendo algo para mejorar.
- Celebra los pasos hacia delante. ¿Es el resultado de esa medición frecuente positivo? ¡Celébralo con tu equipo y con los responsables! No tiene por qué ser una gran celebración: muchas veces un simple email felicitando a todos, animando a seguir por el buen camino y reconociendo el trabajo de algunos empleados en particular es suficiente.
- Pide feedback y actúa en consecuencia. No olvides las misiones de tus empleados, así como las tareas que les has asignado: pregúntales cómo les va no solo para medir su trabajo, sino para que te digan también si creen que funciona o no, y qué podría cambiar para que todo fuese algo mejor. Sentirán que lo que hacen importa, que sus opiniones son valoradas y estarán más motivados.
- Cambia de rumbo si es preciso. ¿Algo no funciona y no parece que vaya a mejorar con el tiempo? Cambia de rumbo. Trabajar en lo que parece una mala idea es muy desmotivador, pero saber que esas malas direcciones se detectan y se enderezan ayuda a que todo el mundo tenga más ganas.