Cómo evitar cuellos de botella en logística y almacenes mediante la robótica
Una adecuada robotización de almacenes puede suponer un ahorro adicional al optimizarse el espacio físico tanto en vertical como en horizontal.
El rendimiento en las empresas de logística y en los almacenes cuenta con el gran aliado de la robótica, una herramienta clave para la eliminación de los cuellos de botella, auténticos obstáculos para un adecuado funcionamiento de los procesos de manejo y envío de mercancías.
Y es que el flujo de mercancías puede verse sometido a restricciones de movimientos fruto de roturas de stock en fábricas, desabastecimiento en tiendas y/o almacenes o accidentes y desastres naturales, por lo que resulta esencial contar entre otras herramientas con robots móviles que puedan contribuir a desbloquear la situación en el caso de almacenes con grandes cantidades de productos que entran, salen y deben organizarse de manera interna.
En algunos casos un bloqueo en el transporte puede ocasionar que el producto, cuando quede desbloqueado, ya no deba llegar al destino inicial sino que, en caso de no tratarse de productos perecederos, deba regresar al almacén o punto de origen para quedar almacenado hast que vuelva a haber demanda. Igualmente en caso de devoluciones, que pueden llegar a ser de gran importancia en cantidad en determinadas temporadas, tanto la gestión de la circulación como la del almacenamiento suponen importantes retos a superar.
En la gran mayoría de esta gestión de stocks la robótica es capaz de solucionar los problemas que surgen con el manejo de la mercancía, aplicándose a las distintas fases, desde la entrada al almacén como su reparto a contenedores o camiones, maximizando la productividad y coordinándola con la preparación de pedidos y devoluciones o la reposición de existencias, todo de forma completamente automatizada.
Ahorro en la preparación de los pedidos
La aplicación de la robótica a la preparación de los pedidos supone un gran ahorro en tiempo y dinero, evitando múltiples desplazamientos en los almacenes para localizar los productos y acarrearlos hasta el punto de preparación de los envíos. Mediante la combinación de brazos robóticos, vehículos de carga autónomos, cintas transportadoras y sensores, el proceso queda automatizado desde el inicio de la tramitación del pedido hasta la salida del almacén.
La robotización de almacenes también puede suponer un ahorro adicional relacionado con la propia ubicación del mismo. Esto sucede al optimizarse el espacio físico tanto en vertical como en horizontal. En vertical porque puede aumentarse la altura de estructuras de almacenamiento accesibles mediante brazos robotizados. En horizontal porque los vehículos robotizados pueden necesitar un menor espacio para desplazamiento y maniobras.
La consecuencia es que la organización puede evitar un traslado de almacén a otro con más metros cuadrados y bastaría añadir sólo la inversión en reestructuración o adición de infraestructuras con altillos o entreplantas. Esto último puede coordinarse con una planificación adecuada que permita aprovechar esas plantas adicionales para los diferentes procesos dentro de la empresa (recepción, preparación de envíos, almacenamiento de largo plazo…) teniéndolo todo dentro de las mismas instalaciones.